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CRITICA
Por: PACO CASADO
De todos es conocido que Billy Wilder llegó al cine como guionista y que hoy en día está considerado como uno de los mejores en este apartado.
Él mismo se escribe y dirige sus propios guiones, y es igualmente característica suya la valentía que tiene al elegir los temas y al hacer un cuidado estudio y disección de la situación y de los personajes que intervienen en ella.
Tiene el arranque más sorprendente y cínico que la mente humana pueda imaginar: un hombre muerto cuyo cadáver flota en una piscina boca abajo cuenta la historia comenzando con la frase: "Siempre quise tener una piscina y ya la he conseguido".
Cuenta la historia del fracasado guionista Joe Gillis y la estrella en declive Norma Desmond, una estrella del cine mudo que lleva años viviendo de recuerdos y recluida en su gran mansión.
En su camino s cruza el joven Joe Gillis, un cínico y desencantado guionista a quien Norma contrata para que le escriba un guion con el que poder volver al cine por la puerta grande.
Aunque Joe sabe que eso es imposible, acepta el encargo e incluso se convierte en amante de la desequilibrada actriz.
Recordamos con sumo agrado Uno, Dos, Tres, y nos ha vuelto a sorprender con este reflejo fiel en la pantalla de lo que eran los ídolos de cera de una época dorada de Hollywood y su decadencia ante las nuevas técnicas, en este caso el advenimiento del cine sonoro.
El director utilizó a Gloria Swanson, una antigua estrella del cine mudo, que llevaba años retirada de la que obtuvo una notable interpretación.
Con un matiz casi biográfico de la figura central de la protagonista de la historia, en este caso Norma Desmond, interpretada genialmente por una gran actriz de carácter tan excepcional como Gloria Grahame, va haciendo un detenido estudio en todos sus aspectos de estos ídolos de pies de barro y de áurea corona de gloria, para los públicos de toda una generación.
Elegante en la realización, va poniendo los puntos sobre la ies, reflejando un ambiente, unas costumbres, una corrupción interna, una podredumbre interior de estas brillantes estrellas del firmamento de Hollywood cuya luz se les va apagando y las luchas y trabajos de unos pobres hombres a su servicio que por vocación se ven arrastrados por la corriente de los poderes de los famosos.
Todo ello da pie para que contemplemos a unos grandes actores como Gloria Swanson, que está sensacional en su papel y a un Erick von Stronheim que se supera en cada nueva aparición en la pantalla.
Buena música de Franz Waxman aunque con una banda sonora un tanto descuidada, aunque no hay que olvidar la fecha de su producción, y una fotografía de John F. Seitz aunque valiente, no obtiene los matices apetecidos en todas las ocasiones.
Extraordinario nos parece el guion y formidable la dirección que se limita a dejar hacer al gran plantel de actores que tiene a su disposición y a crear desde atrás.
Oscar al mejor guion, música y dirección artística en blanco y negro. Globo de oro a mejor drama, dirección, Gloria Swanson y música. Premio Blue Ribbon al mejor film extranjero. Premio Bodil a la mejor película. Nastro d'argento al film y Gloria Swanson. Diploma de mérito en los premios Jussi. Premio de los guionistas americanos al guion.
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