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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine del género de terror cada vez se repite más con los mismos esquemas y situaciones en los que el único objetivo es producir miedo o cuando no es posible el sobresalto a base de portazos inesperados, huellas de pasos, pesadillas o algunos golpes de efectos en la banda sonora.
Una familia que pretende abrir un negocio de transporte de turistas, compra en una subasta, un viejo barco que tiene 50 años, en muy mal estado ya que fue abandonado, por un bajo precio en el que invierte parte de sus ahorros al que después reparan y dejan listo para la navegación, pero lo que ellos no saben es que encierra un terrorífico secreto en su interior.
Por desgracia, éste sólo sale a la luz cuando el buque se encuentra mar adentro.
Una vez más la situación se repite, en esta ocasión pero en lugar de ser en un gran caserón, como es muy habitual, la acción se sitúa en un espacio tan reducido como es el de un barco de no mucho calado y en donde se encuentra una media docena de personajes, con lo cual el gasto es menor en cuando al reparto y máxime si tan sólo tiene un par de actores conocidos como cabecera del elenco, aunque no sabemos cómo se han metido en esta aventura sin mucho porvenir, como no sea por la cuestión crematística.
Una vez situados dentro de la embarcación en el primer viaje de prueba en el que sólo viaja la familia compuesta por el matrimonio de David y Sarah y sus dos hijas, Lindsey y Mary, así como Tommy el novio de la mayor, junto a Mike, un amigo, que le ayudará al padre en la cuestión de la navegación.
No hay más que comenzar a hacer aparecer fantasmas y que estos ocasionen el cambio de conducta de alguno de los ocupantes de la embarcación, en reacciones inesperadas y peligrosas para el resto de los pasajeros, sin más justificación, quedándose sin wi-fi y sin GPS para poder asegurar su ruta.
Estos hechos al parecer están provocados por la sirena que ocupa la proa de la embarcación que debió ser maldecida en algún momento desde que se construyó la embarcación, ya que con anterioridad ocasionó otras catástrofes.
El guion es de lo más elemental y sin que aporte nada nuevo, mientras que la narración se va haciendo cada vez más confusa hasta desembocar en el desconcertante final que en absoluto convence a nadie.
Típica producción de terror con los trucos y situaciones de siempre, con una realización que se hace un tanto claustrofóbica en algunos momentos por lo reducido del espacio por el que apenas pueden deambular los personajes y sin ninguna posibilidad de escape estando en alta mar y sin comunicación posible con tierra.
El film se inicia con un flash back en el que la agente de policía de Jackson Ville (Florida), Lidia Clarkson, entrevista a Sarah acerca de lo sucedido, y vamos conociendo según sus declaraciones, de situaciones sin explicación normal y otras totalmente absurdas que nadie cree por ser tan fantásticas como que dice que un espíritu maligno subió a bordo.
Michael Goi, anteriormente director de fotografía, se embarca, nunca mejor dicho, en este largometraje, tras haber hecho algunas series en televisión.
Lo mejor es que tan sólo dura 84 minutos, aunque a decir verdad tampoco daba para más ya que pronto naufraga.
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