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CRITICA
Por: PACO CASADO
Salam Abbass, un joven palestino de 30 años que vive en Jerusalén, que es el sobrino del director de la telenovela 'Tel Aviv on fire', producida en Ramala, que trata sobre la guerra árabe israelí de 1967, que lo enchufa para que tenga un trabajo y un poco de dinero, para llevar los cafés, como se suele decir en el argot del gremio, como asesor del idioma, dado que tiene una buena pronunciación y conocimiento del idioma hebreo.
Para ir a trabajar a Ramala tiene que pasar cada mañana un control de frontera israelí, donde conoce al capitán Assi, que es el jefe del puesto.
Cuando la guionista se harta de que le cambien los diálogos, su tío le da la oportunidad a Salam de que escriba él el guion. Previamente había conocido un día en el estricto puesto de control israelí, por el que tiene que pasar para ir a trabajar a la televisión, al capitán Assi Tzur, cuya esposa es una fan de la serie que ve a diario y él presume de conocer al guionista, ya que Salam le dice que es quien escribe la serie y éste se empeña que modifique varias cosas, entre ellas el romance de la pareja protagonista para que termine en boda, en contra del director de la serie que no quiere que haya una segunda temporada porque está harto.
El guion no es más que el de una comedia que realmente tiene poca gracia, que no hace más que dar vueltas sobre las mismas o parecidas situaciones de una trama muy simple y con escenas bastante inverosímiles y otras muy previsibles, en el que chocan dos realidades diferentes, la que se refleja en la telenovela y la que vive el protagonista en el día a día.
Apenas si tiene encuentros cómicos y los que hay no son nada ingeniosos, aunque de fondo tiene el telón del conflicto árabe israelí, que también se refleja de alguna manera en la serie que están rodando al entrar en choque personajes de ambos bandos, con el tema amoroso y político de por medio, en una intriga de cierto espionaje.
Tiene un reparto en el que todos los actores cumplen bien sus respectivos cometidos sin que ninguno sobresalga por un trabajo que sea excepcional.
Sameh Zoabi es un director palestino, pero afincado en Estados Unidos, del que ya conocíamos el film Idol (2015) del fue su guionista, que ha tenido la valentía de hacer esta comedia sobre el tema del conflicto entre Palestina e Israel donde se toma muy en serie el asunto religioso, que está correctamente narrada, en la que no falta la consabida historia amorosa.
Esta agradable comedia se ve con cierta simpatía cuyos giros de guion logran mantener el interés del espectador al tiempo que hace una leve denuncia acerca de los abusos de poder.
Premio Asia Pacific al guion. Premio de la Academia de Israel al guion. Gran premio a la mejor película y también del jurado joven en el Festival de Saint-Jean-de-Luz. Mejor en el Festival de Haifa. Premio del público en el Festival Minneapolis St. Paul. Premio del público en el Festival Sarasota. Mejor película en Seattle. Mejor cinta y Premio Venecia Horizontes al actor Kais Nashif.
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