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CRITICA
Por: PACO CASADO
Últimamente parece que se han puesto de acuerdo los directores en calentarle la cabeza al espectador para que coordine mentalmente algo de lo que ellos no han sido capaces de poner en pie, como ocurre en esta película, de la que trataremos de sacar algo en claro, pero nos da la impresión de que no lo lograremos.
Por otra parte a los jurados de los festivales les ha dado por premiar estos rompecabezas sin sentido como es el caso del film que comentamos.
Perdón por el spoiler que va a continuación.
Es la historia de Astrid, una mujer que vive en Berlín cuyo marido, un famoso director teatral, ha muerto hace dos años, intenta recomponer su vida y sobrellevar su ausencia.
Tiene dos hijos, Philip, un adolescente 13 años que se ha lesionado un pie, y Flo, una niña pequeña de pocos años.
En la intimidad, la familia libra una lucha cotidiana en donde las actividades más simples se convierten en retos inesperados.
Un día se compra una bicicleta de segunda mano, se le estropea y pretende que le devuelvan el dinero.
En otro momento va a hablar con los profesores de su hijo a los que pretende darles consejos.
De vez en cuando visita un museo.
Un día sale de un supermercado y se encuentra con alguien que ha hecho una película que ella ha visto y le plantea su disconformidad en un largo monólogo exponiendo la razón por la que no le ha gustado, en un largo travelling.
Hay momentos en que parece que tiene un novio de padre rico que juega al tenis con Flo o va a hacer natación con ella.
A veces se enfurece con los hijos y los echa a la calle.
De vez en cuando unos alumnos del colegio ensayan Hamlet en clase, todo ello va sucediéndose de forma inconexa y sin el menor sentido.
Lo mejor de todo, el baile que se marcan la madre y los dos hijos al son de la canción Let's dance, de David Bowie.
El film comienza con un perro persiguiendo una libere y un burro que entra en una casa abandonada y termina de igual manera.
Está realizada a base de planos largos que no dicen nada, con cámara generalmente estática, cuando no alarga lo planos en vacío.
Si alguien es capaz de explicarnos lo que quiere decir con ello, comenzando por el propio título, se lo agradeceríamos e igualmente las motivaciones de los jurados para premiar esto.
Fue aplaudida y abucheada a partes iguales en el Festival de cine de Berlín.
En todos los siete films anteriores de la directora alemana Angela Schanelec hace gala de su estilo elíptico y un elegante sentido del humor para crear el retrato indeleble de una familia que se enfrenta a los interrogantes fundamentales de la existencia.
Así no extraña que se haya ganado el apelativo de la realizadora más radical del cine germano.
Oso de plata a la dirección en el Festival de cine de Berlín. Mejor película en Bildrausch Filmfest Basel. Premio del jurado a la fotografía en el FEST. Premio al montaje de los críticos alemanes. Premio a la dirección en el Festival de Mar del Plata. Premio Zabaltegi en el Festival de San Sebastián.
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