|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El miedo y el terror han existido toda la vida, por lo que no es extraño situar un argumento en cualquier momento de la historia.
Esta película, que más que de terror es de horror, comienza en los años de la Guerra Civil norteamericana, con la lucha entre nordistas y sudistas y el sometimiento de los negros a base de un racismo brutal en el que se les hace trabajar en una plantación de algodón de Louisiana, tratándolos sin piedad, siendo torturados al menor intento de rebelión, de huida o de simplemente con dirigirse a una persona blanca sin que ésta le hubiera dado permiso para hablar o por no contestar a una pregunta hecha, siendo castigados con una paliza, la tortura o la muerte.
Pero tras muchos minutos de metraje algo no caza con lo que estamos viendo, como es el triunfo del sur sobre el norte y más adelante la aparición de un teléfono móvil, impensable en aquellos años.
Posteriormente se piensa que sea una larga pesadilla de 40 minutos cuando un personaje se despierta sobresaltado por lo que acabamos de soñar.
De buenas a primeras la acción salta a la actualidad sin más donde Verónica Henley, una escritora de color de éxito que en una conferencia defiende enérgicamente los derechos humanos y civiles de los de su raza, se ve atrapada en una horrorosa realidad cuando es secuestrada y deberá huir antes de que sea demasiado tarde y pierda su vida.
Aún quedan más descubrimientos cuando minutos antes del fin aparece el título Antebellum y una leyenda debajo que no vamos a desvelar para no hacer spoiler, que ya bastante hemos dicho.
Hay muchas formas de contar un relato en el cine, pero también hay algunas normas que no siempre se respetan y este film que comentamos es uno de los que no las cumplen.
En el principio se nos ofrecen unas escenas duras, fuertes, sobre la esclavitud, sin matizar los caracteres de los personajes, después se nos insinúa que es una pesadilla, se vuelve a la actualidad, de nuevo se regresa al pasado sin una explicación de la situación anterior, ni la presente, sin justificación de las reacciones de los personajes... en definitiva, es una constante tomadura de pelo al espectador.
Ante esto da igual que la cinta esté mejor o peor filmada, que los actores cumplan con los cometidos que se les ha encomendado, que la fotografía sea correcta o que la música acompañe a las imágenes haciéndonos creer que estamos ante un producción de terror, pero no se puede tolerar un guion como éste y una dirección para la que ha hecho falta dos escritores y directores activistas, Gerard Bush y Christopher Renz, procedentes del videoclip y la publicidad, que se han decidido a debutar con un largometraje en el que son doblemente culpables por ser también los autores del guion la dirección.
De todo ello tan sólo podemos extraer la conclusión de que el racismo es el pecado original de la nación norteamericana, que ha existido siempre y continua vigente como podemos ver con frecuencia en los periódico con actos brutales similares.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE