|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras presentarse en la Sección oficial del Festival de cine europeo de Sevilla del pasado año, llega ahora a las pantallas comeciales españolas 'Borrar el historial' (2020).
No estamos en contra de que una comedia figure en competición con los demás títulos, pero parece que está en inferioridad de condiciones, no obstante si tiene calidad no hay nada que objetar, ya que es también conveniente tener algún momento de expansión entre tanto drama como suele competir en los festivales cinematográficos.
Aquí se nos cuentan las peripecias de tres personas que son superados por la burbuja tecnológica, víctimas de las redes sociales, tan en boga en estos momentos que corren, que deciden presentarles cara a estos nuevos inventos de la tecnología que nos invaden y acaparan constantemente nuestra atención en esta era digital que nos ha tocado vivir.
La primera de ella es la de Marie, una mujer joven, divorciada, que perdió la custodia de su hijo, ya que éste decidió irse con su padre, un hombre rico y adinerado, que le podía dar todos los caprichos, mientras que ella no tiene trabajo, ni dinero para poder satisfacerle todos sus anhelos y deseos.
Un día en un bar de copas, estando bastante borracha, liga con un tipo joven, se acuesta con él y este le filma un video desnuda que amenaza con poner en las redes sociales si no le da una fuerte suma de dinero.
Otro personaje es el de Christine, una mujer que perdió su trabajo debido a su adicción, no a las drogas, sino a las series de televisión.
Ahora es conductora de un Uber y está obsesionada con que sus clientes, que no pasan de darle una estrella, algún día le den alguna más y si es posible tres, porque de ello depende la continuidad en su trabajo.
La tercera víctima es Bertrand, que tiene una hija que es acosada en el colegio, mientras él tiene relaciones por teléfono con una teleoperadora de las islas Mauricio cuya preciosa voz le encanta y le enamora, por lo que decide ir a verla personalmente y como los tres se conocen se ponen de acuerdo para marchar a los Estados Unidos para solucionar sus respectivos problemas.
Los tres sketches que forman estas historias se van alternando sucesivamente en distintos momentos de la narración originando alguna que otra escena que ocasiona la risa, aunque ésta, a decir verdad, no abunda especialmente, o al menos no nos hizo mucha gracia, aunque sí a algunos escasos espectadores de los que nos acompañaban en la sala, debido a las exageradas situaciones de varias de ellas, en las que la realidad supera a la ficción en este mundo de las nuevas tecnologías.
La película posee una doble dirección, por una parte está Benoît Delépine, un guionista pasado a detrás de la cámara en lo que lleva más de una docena de títulos entre cortos y largos, y por otro lado está Gustave Kervern, un actor con más de cincuenta films, una docena de guiones y compañero de aventuras del anterior como director en la mayoría de los que componen la filmografía de ambos.
Tal vez por ello esta comedia pierda el ritmo en ocasiones y divague de un personaje a otro para tratar de resolver los problemas de cada uno, con unos actores que tienen un cometido discreto en la encarnación de sus respectivos papeles.
Oso de plata especial del jurado en el Festival de Berlín. Premio especial del jurado en el Festival de Lisboa-Estoril por su contribución artística.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE