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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada año desde 1984, llegado el verano, aparece puntualmente un nuevo episodio de 'Loca Academia de Policía' para diversión del personal adicto a esta serie.
Lo que en un momento resultó original y tenía tanto éxito, se va agotando poco a poco, porque los personajes ya están más que exprimidos y las actuaciones son difíciles de superar.
Ya son cinco años y creemos que está durando demasiado.
Por otra parte se toman los guiones muy a la ligera, con demasiada prisa y no da tiempo a madurarlos por lo que no se les saca partido en muchos aspectos, tanto a la comicidad como a los personajes.
Algunos de los actores ya no continúan en la serie, como Steve Guttenberg que se fue para hacer otras producciones más interesantes, al igual que Bruce Mahler, Colleen Camp, Art Medrano y Howard Hesseman que también se han caído del cartel y se le ha dado entrada a otros rostros nuevos, tal vez porque quienes los incorporaban no quiere continuar o por oxigenar un poco el ambiente con caras distintas y personajes de características diferentes.
Ya no vale repetir, una y otra vez, lo mismo, hay que buscar ideas novedosas.
Porque tampoco el hecho de cambiar constantemente de director ha dado resultado.
Hugh Wilson, Jerry Paris, Jim Drake, desfilaron por la serie repitiendo tan sólo en dos ocasiones el segundo.
Aquí se nombra al viejo comandante Lassard policía de la década por su dedicación, título que le será entregado en la convención que tendrá lugar en la soleada Miami Beach.
Pero se complica con la envidia del capitán Harris que descubre que se ha debido jubilar ya y de esa forma podría haber sido él nombrado como director de la Academia de Policía.
La historia se embrolla con un robo de diamantes al confundir una maleta en el aeropuerto y un posterior secuestro.
En esta nueva aventura se ha cambiado el lugar donde se desarrolla la acción y se le ha dado un aire nuevo convirtiendo a Miami Beach en el corazón de la misma que con su luz, los colores de la ciudad y el adorno de sus guapas mujeres le dan un tono diferente.
De esta manera se saca al grupo de policías de la academia, ya que no están de servicio, se les viste con ropa de calle en unas casi vacaciones y se les pone nuevamente en situación de demostrar sus ineptitudes así como su amor y fidelidad hacia su querido comandante.
Lo demás funciona por inercia, aunque Alan Myerson sea ésta la tercera película que dirige.
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