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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el año 1987 Shane Black creó esta insólita pareja de policías compuesta por uno rubio, Martin Riggs y el otro negro, Roger Murtaugh, cada uno con sus problemas y sus caracteres muy bien definidos, tan bien que aún les quedaba cuerda para hacer esta tercera aparición en esta nueva entrega con la que consiguen ponerse a la cabecera de las películas más comerciales en estos momentos en el mercado norteamericano.
La fórmula empleada desde el primer film sigue siendo válida a juzgar por los resultados obtenidos: acción, suspense, una gotas humor de vez en cuando para aligerar la tensión, edificios que saltan por los aires, persecuciones peligrosas en las autopistas, en coche o en moto, incluso en el parabrisas de un vagón de metro, caída desde veinticinco metros de altura, incendios en cadena y así podríamos continuar con una larga lista de acciones divertidas o emocionantes a partes iguales.
En esta ocasión Roger Murtaugh está a una semana de poder coger la jubilación y no quiere tener más complicaciones, pero al lado de su compañero Riggs sabe que las va a tener con toda seguridad.
Y así desde cortar unos cables de un explosivo, hasta investigar la desaparición de un depósito de armas de la policía que estan destinadas a convertirse en chatarra y que sin embargo aparecen en manos de unas patrullas juveniles callejeras, todo puede suceder en este nuevo episodio de la dinámica pareja.
La cosa se complica aún más con la investigación a un ex agente de asuntos internos que utiliza su conocimiento de los procedimientos y políticas policiales para robar y vender en el mercado negro las armas y municiones que son confiscadas a las bandas callejeras que pululan por la ciudad, que pondrá el contraste, e incluso con más violencia que en las otras ocasiones.
A ellos se les une Lorna Cole, una guapa pero dura sargento del departamento de asuntos internos que llamará la atención del conquistador Martin Riggs.
La cinta tal vez no tenga la perfección en el guion de las anteriores, ya que los episodios resultan algo dispersos, sin una continuidad, pero los actores se comportan bien y la dirección le añade la fuerza necesaria a las escenas que son claves.
Premio BMI a la banda sonora. Premio MTV Movie a la pareja Mel Gibson y Danny Glover y a la mejor secuencia de acción.
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