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CRITICA
Por: PACO CASADO
Rodando individualmente, sin la compañía del grupo Monty Python, el director de las anteriores producciones de este colectivo, Terry Gilliam, nos presenta ahora una película tan original como curiosa, en la que sin dejar de un lado su habitual sentido crítico y de parodia histórica, avanza de una forma más abierta por el mundo de la fantasía y de la imaginación sin la más mínima traba, recorriendo un itinerario realmente fascinante que demuestra a la hora de trasladar la historia a las imágenes, como su inventiva, e igualmente su cada vez mayor profesionalidad y buen acierto al rodar y poner en imágenes que cada vez son más cinematográficas.
En efecto, 'Los héroes del tiempo' (1981) es ante todo una narración de aventuras centrada en el personaje de Kevin, un niño, y de un grupo de estrafalarios enanos que circulan por diversas etapas históricas, desde la Grecia de Homero y de Micenas, en una estupenda secuencia protagonizada con Sean Connery, o la Italia de la campaña de Napoleón, hasta llegar a las leyendas de los poblados de gigantes y ogros y desembocar en la fantástica mansión del Malo, con mayúsculas, ante la intervención final de un supuesto Ser Supremo presentado casi como si fuera un hombre de la calle.
Interesado en los libros de historia, y olvidado de sus padres, Kevin, un chico introvertido y soñador, de once años, tiene la oportunidad de hacer realidad sus sueños.
El niño se une de esa forma accidental a la banda de enanos, mientras saltan de una era a otra en busca de un tesoro que desean robar.
En efecto, 'Los héroes del tiempo' (1981) es ante todo un film de aventuras centrado en ese chico y el grupo de enanos que recorren diversas etapas históricas.
Cinta de una gran sutileza, algo compleja, que critica el mundo de la sociedad actual y la televisión, que resulta totalmente adecuada para públicos infantiles, pero de una cierta edad, a partir de los ocho o nueve años aproximadamente, ya que con sus fascinantes imágenes y sus originales decorados, su mundo de míticas aventuras, novedosas a un mismo tiempo, y su mensaje desenfadado y liberal compensará con tantas dosis de propaganda como soportan los niños de hoy en día.
Finalmente la película tiene una muy cuidada fotografía de Peter Biziou y un uso bastante ágil de los extraños decorados que adquieren de forma corpórea a contribuir a crear el clima fantástico que en todo momento requiere esta imaginativa producción.
Premio President de la Academia de ciencia ficción, fantasía y horror.
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