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CRITICA
Por: PACO CASADO
Nos enfrentamos a la película más taquillera de Francia en los últimos tiempos que cuenta las aventuras del Gendarme Ludovic Cruchot, encarnado por el cómico de origen español Louis de Funes, que habitualmente encabeza las listas de popularidad y comercialidad del país vecino francés.
Una comedia que por algunos momentos pretende ser musical y que cuenta con algo muy personal, y es el trabajo del director Jean Girault, del que ya le hemos visto alguna de sus producciones anteriormente como 'Un par de frescos' (1961), 'El pollo de mi mujer' (1963) o 'El gran golpe' (1964), que lo confirman como un nuevo y potente valor del cine galo.
Tiene imaginación y vis cómica, sin embargo creemos que al film le falta algo muy importante y es la dimensión y el presupuesto.
La dimensión, puesto que todo tipo de referencias y situaciones son demasiado localistas - Louis de Funes tiene mucha gracia sólo para los franceses - y presupuesto, porque siempre, en todas las escenas parece quedarse corto.
Comprendemos la fantasía del director, pero también sus limitaciones, ya que no puede hacer lo que quiere.
Esto, si es una excusa para su fuero interno, no lo es para el crítico.
El ambicioso gendarme Ludovic Cruchot es reasignado a la ciudad turística de la Riviera francesa de Saint-Tropez, donde los turistas que nadan desnudos, los delincuentes menores y su propia hija adolescente que intenta impresionar a sus amigos ricos a los que les ha dicho que su padre era un millonario y que tiene un yate en el puerto, lo hacen pasar mal, aunque él trata de cubrirla.
La cinta transcurre con una sencilla historia de forma agradable y las bajadas de interés no llegan a tener la duración suficiente para ser consideradas.
No es más que una típica comedia playera muy al estilo de las que están de moda en estos momentos, con algunas secuencias divertidas de Louis de Funes y demás compañeros del reparto.
La conjunción de Girault y De Funes hace que a veces el producto funcione, aunque en otras se notan los baches y la ingenuidad de las situaciones, por ello la película no resulta nunca completa, ni acabada.
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