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CRITICA
Por: PACO CASADO
Han tenido que pasar más de sesenta años de persecución política en Cuba para que por fin haya una película que cuente lo que allí sucedió durante el régimen represor de Fidel Castro con las tremendas torturas contra los opositores a esa forma de gobierno.
La acción de esta historia, inspirada en hechos reales, tiene lugar en la isla de Cuba, durante el recién iniciado régimen de la revolución comunista de Fidel Castro, en el que los contrarrevolucionarios o presos políticos se hacían llamar los Plantados, porque se negaban a aceptar el plan de reeducación y vestían un uniforme color caqui como el de Batista, en lugar del azul de los presos comunes que en algún momento tratan de imponérselo y al negarse los dejan en calzoncillos pasando frío con una represión brutal e inhumana en clara violación de los derechos humanos.
Contra ellos se ejercía una fuerte violencia a base de torturas tanto física, a base de golpes, como psicológica, privándolos de visitas, aislados sin comer, ni beber, faltos de aseo, sin asistencia médica entre otras formas de tratar de hacerlos hablar acerca de los planes que llevan a cabo aún estando encarcelados, como huelgas de hambre o escribiendo cartas que hacían llegar por cualquier medio al exterior obteniendo firmas para su liberación y hasta el manuscrito del libro Rehenes de Castro que contaba lo que pasaba allí dentro que lograron que fuera publicado.
La historia está inspirada en un corto de igual título, sobre un patriota cubano, devoto padre de familia, que pasó casi treinta años de prisión, como oponente político, que soportó esos malos tratos del totalitario régimen de Fidel Castro.
Entre el grupo de presos está Ramón, Jorge el poeta al que Mauricio pretende que le haga una poesía laudatoria del Comandante, Alfredo el negro, Ricardo, entre otro.
Junto a esa línea argumental, transcurre otra protagonizada por Ramón, uno de los presos que un día logró escapar oculto entre los sacos que transportaba un camino de salida de la prisión, que vive en Miami, donde un día reconoce al teniente Mauricio, uno de los jefes más duros y que más malos tratos les infundió, hasta llegar a los fusilamientos, al que sigue hasta su casa y ve dónde vive con su esposa y una hija adolescente.
Ramón se pone en contacto con los hijos de algunos de sus excompañeros, que también viven allí, para trazar un plan y tomarse la justicia por su mano.
El guion escrito por Ángel Santiesteban, prisionero político, el periodista Juan Manuel Cao y el director, va discurriendo en esas dos líneas paralelas, alternando los recuerdos del grupo de prisioneros al que pertenecía Ramón, con el seguimiento que este le hace a Mauricio.
Pocas veces hemos visto un film en el que se muestren acciones tan ruines y violentas con seres humanos como se exhiben en esta ocasión haciéndolos trabajar en el campo metidos en una laguna de los desechos corporales.
Al final, mientras salen los créditos se pueden ver declaraciones de algunos de los presos supervivientes de aquellos momentos con duras frases en contra del régimen de Fidel.
El guion está escrito por guionistas cubanos, interpretado por actores de la misma nacionalidad, así como los propios técnicos y el director, pero producido por la cinematografía norteamericana que como siempre no se recata en exponer estas verdades con la máxima crudeza como al parecer sucedieron realmente.
Está dirigido por el cineasta cubano Lilo Vilaplana, un experto realizador de cerca de una veintena de series de televisión y varios cortos que hace su debut en el largometraje con esta dura cinta correctamente realizada.
Premio del público en el Festival de cine de Miami.
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