|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La difusión que de unos años a esta parte está adquiriendo el tema del consumo de droga en nuestro país, entre otras cosas por la permisividad del gobierno actual, y muy especialmente entre las reuniones de los jóvenes, generalmente con las llamadas drogas blandas, como el hachís o la marihuana, ha llevado a tener una difusión informativa de este asunto, de tal manera que tanto la televisión, como la prensa o la radio están ayudando a ello.
Ahora, con producciones como esta que comentamos, también está cayendo en ello el cine, inocente e indirectamente a la llamada difusión del porro, ya que tanto los jóvenes como el ciudadano medio, se ven constantemente bombardeados con cifras exageradas y dimensionadas de los adictos a consumir estos estupefacientes, así como comentarios catastrofistas, por lo que según esos datos todo español medio se pasa media vida drogándose, como si eso fuera lo más natural del mundo, por lo que termina por pensar que él también tiene derecho a probar lo que todo el mundo consume y que tanto se habla en todos los medios.
En esta película, dirigida por Gil Carretero, que lleva el significativo título de 'Chocolate' (1980), que no se refiere al dulce alimento, sino a cómo se conoce entre los drogadictos una pastilla de esa sustancia, se nos cuenta aquí la historia de una pareja de chicos jóvenes metidos en líos con otro mayor que ellos, que no se conforma con el porro, sino que ya se inyecta directamente heroína en vena.
El film, que está narrado con bastante naturalidad, se mantiene entre un nivel realista y ciertas exageraciones lógicas con la idea de hacerlo más comercial para proporcionar un producto que sea más vendible de cara a la taquilla.
Hay en la cinta una total ausencia de moralejas sobre los peligros que conlleva la consumición de las drogas, pero a decir verdad tampoco es que salga en su defensa.
La película resulta bastante objetiva en este sentido, limitándose a exponer un problema que ocurre hoy en día en nuestras calles y plazas.
Por su parte la dirección que lleva a cabo el cineasta sevillano Hermenegildo Gil Carretero resulta algo inmadura ya que se trata tan sólo del tercer largometraje que dirige, tras debutar en esta tarea con 'Abortar en Londres' (1977) y codirigir con Mariano V. García 'El maravilloso mundo del sexo' (1978), lo que se nota en muchas de las escenas y sobre todo en el duro final por un lado, con la muerte casi heroica del adicto, y conformista por otro, con la vuelta de la chica a la casa paterna.
La banda sonora está compuesta a base de canciones que están de plena actualidad entre la juventud.
Tiene en el capítulo interpretativo un juvenil reparto que se defiende bien, en líneas generales, que completan un film de los muchos que se están realizando en estos momentos y que nos están llegando a nuestras carteleras en lo que parece que está suponiendo una recuperación del cine español tras haber sufrido un fuerte bache en su producción.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE