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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el mundo en estos momentos existen dos grupos de personas, los Creyentes y los Nihilistas, compuestos por una serie de individuos dotados de poderes para la reencarnación.
El líder de estos últimos, Bathurst, trata de acabar con la vida en la Tierra.
Todos busca lo que llaman el Huevo un artefacto de poderes especiales como para terminar con el mundo, que Treadway robó a Bathurst, que se lo confía a Abel y Leona, sus asociados, con la frase "mirar dentro".
La acción comienza con una pesadilla o sueño del atormentado protagonista Evan McCauley que está siendo tratado porque los médicos creen que esas alucinaciones que tiene constantemente no son más que recuerdos de su pasado en una vida anterior.
Hay unas 500 personas en el mundo que pueden recordar sus vidas pasadas que son conocidos como los Infinitos, que se han dividido en los Creyentes y los Nihilista.
Así en diversos flash back los vemos en ciertas actuaciones y hechos como por ejemplo saber cómo se fabrica una catana que le ha sido encargada por un tal Ronny, un narcotraficante que le promete pagarle 400 dólares por el trabajo y unas pastillas que le son necesarias.
Termina siendo arrestado por la policía e interrogado, en cuya sesión sabemos que padece de esquizofrenia desde los 14 años y a los 16 tuvo un intento de suicidio, y finalmente termina siendo liberado de la comisaría por una tal Nora Brightman de forma violenta.
Este es el comienzo de esta película de ciencia ficción, con un argumento un tanto complicado en el que todos buscan el Huevo y si no recupera el protagonista la memoria lo perderán para siempre.
Tiene mucha acción y una fantasía desbordada hasta que ciertos hechos y actuaciones son de todo punto increíbles y hasta diríamos que mueve a la risa en ocasiones, como ese aterrizaje con una moto en el ala de un avión y poder sujetarse con una catana.
El guion está escrito por Todd Stein basándose en la novela escrita por D. Eric Maikranz The Reincarnationist Papers de la que Paramount compró los derechos en 2017.
Por lo demás desde el punto de vista cinematográfico está correctamente realizada por un director como Antonine Fuqua que está acostumbrado a dirigir películas del género de acción como ya lo demostró con Día de entrenamiento (2001), Shooter: El tirador (2007) o el renake de Los siete magníficos (2016), por ejemplo, que sabe el ritmo que tiene que llevar un film de este tipo.
Al frente del reparto un Mark Wahlberg tan dinámico como siempre, esta vez enfrentado a Chiwetel Ejiofor.
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