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CRITICA
Por: PACO CASADO
No siempre cuando un tema tiene éxito es conveniente hacer una segunda parte, sobre todo si el guion que se ha escrito no está al menos a la altura del primero, ya que da lugar a aplicarle la consabida frase de que "Nunca segundas partes fueron buenas".
La primera hizo una recaudación en la taquilla mundial de más quinientos millones de dólares lo que ha motivado esta secuela.
Y podríamos decir ya de entrada que así ocurre en esta ocasión con esta innecesaria continuación con 'El bebé jefazo. Negocios de familia' (2021), como no sea que se esté mirando a la taquilla.
Los hermanos Templeton se han convertido en adultos y se han alejado el uno del otro, pero un nuevo jefe bebé, con un enfoque de vanguardia, está a punto de unirlos nuevamente e inspirar un nuevo negocio familiar.
Nos hemos permitir copiar la sinopsis que ofrece The Internet Movie Database (IMDB) para que tengan ustedes una idea, si es que de ella es posible sacarla, de por donde va la historia de esta continuación en la que se pretende volver a explotar la gracia que tenían los bebés de la primera, que a decir verdad no era mucha, que recordemos.
Tim y Carol tienen dos hijas, una de ellas, Tabitha, que quiere llamar su tío Ted, hermano de su padre, para reconciliarlos.
En la escuela los compañeros se ríen de Marcos y de Tabitha a pesar de que ella es la más lista de la clase y ambos hacen una buena amistad.
En toda esta historia aparece el doctor Irwin Armstrong que podríamos considerar el malo de la historia que quiere hacer una revolución de los bebés de todo el mundo en contra de los padre.
Hay también una especie de juguete con forma de mago llamado Magin, que cobra vida, que hace igualmente de las suyas.
A lo argo de la trama se insertan unos números musicales que frenan el ritmo de la narración.
El guion vuelve a estar escrito por Michael McCullers extraído de la historia que se narra en los libros infantiles de Marla Frazee que es bastante confuso para los niños a los que se supone que va dirigido y hasta incluso diríamos que para los adultos que los acompañen.
La dirección continua estando a cargo de Tom McGrath que ya dirigió la primera que no ha sido capaz de poner un poco de orden en este desconcierto, en el que sigue la consigna habitual de que "la familia sí dura para siempre".
Esta vez Dreanworks Animation no ha acertado con la animación en conseguir un producto asequible para las mentes infantiles con un humor ramplón resultando bastante mediocre.
Por otra parte 107 minutos son demasiados para un film para niños aunque diez de ellos se los llevan los créditos finales.
En definitiva el resultado es lo que llamamos una película chicle, de mascar y tirar.
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