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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los directores cinematográficos parece que se mueven siguiendo las corrientes de moda que de alguna manera se imponen a través de una producción que ha obtenido un gran éxito en la taquilla y tras ello, todos van detrás para poder repetir, al menos en principio el mismo tema, aunque no siempre consiguen también el triunfo deseado.
Peter Medak es un realizador de ascendencia húngara que se estableció en Inglaterra donde realizó una película que se tituló 'La clase dirigente' (1972) que estaba interpretada por Peter O'Toole, que en España se proyectó con bastante cortes de censura.
Después hizo tres films, varias tv movie y series de televisión hasta llegar a 'Al final de la escalera' (1980) que ahora comentamos.
Este título bien puede inscribirse en esa ola de terror que en estos momentos nos invade.
Aquí se nos cuenta la historia de un niño paralítico que fue asesinado hace años, que se pone en contacto desde el más allá con John Russell, un profesor de música, que ha perdido a su esposa y a su hija en un accidente automovilístico durante unas vacaciones familiares, que va a parar a la misma casa donde ocurrieron los luctuosos hechos que dieron muerto al pequeño, con la idea de paliar su dolor por la pérdida y tener tranquilidad para reflexionar y componer sus partituras.
A lo largo de la narración el pequeño tendrá ocasión de llevar a cabo su venganza.
Peter Medak nos da muestra de los conocimientos cinematográficos que posee, ofreciéndonos una correcta narración que, si bien se entretiene en exceso en los primero metros del argumento, en cambio va ganando interés en el transcurso del desarrollo de la historia y conforme transcurre el tiempo se van poniendo en claro las cosas que sucedieron.
A veces es imprescindible tener que recurrir a algunos efectos, trucos y sobresaltos, pero creemos que ello también forma parte de ese género y a este en concreto hay que echarle casi siempre un poco de imaginación y de fantasía.
El director Peter Medak en este sentido resulta bastante honrado al no abusar de ello.
El gran actor George C. Scott hace un buen trabajo, bien secundado en este caso por Trish Van Devere, su esposa en la vida real, y el veterano Melvyn Douglas, que tienen personaje secundarios destacados.
Premio especial de los críticos de Boston. George C. Scott mejor actor en el Fantafestival. Ocho Premios Genie: película, George C. Scott, Tris Van Devere, guion, fotografía, producción, sonido y edición de sonido.
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