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CRITICA
Por: PACO CASADO
El género de fantasía científica es ampliamente muy popular en el extranjero, pero no ocurre igual aquí.
En España empieza a introducirse en círculos intelectuales que comienzan a conceder cierto valor a esta clase de literatura que ha conseguido ya algunas obras que son ciertamente importantes.
Junto a esta ciencia ficción de calidad que ha logrado superar los reparos y los prejuicios de la mayoría de los pensadores e intelectuales, existe, por así decir, la escoria del género que se vende en los kioscos y que no logra todavía desprestigiarlo.
Sin embargo, al llegar al cine una obra de esa amplia galería, se ha escogido algo realmente vulgar que se ha seleccionado de entre la escoria.
╓vamos a decir que 'La mosca' (1958) desacredita al género, pero nos hemos contenido al pensar que semejante obra no pertenece verdaderamente al capítulo de la ciencia ficción.
Un científico sufre un terrible accidente cuando pone a prueba sobre su propio cuerpo su nuevo aparato de la teletransportación.
El sistema tenía algunos fallos, parecía funcionar bien con objetos inanimados, pero cuando lo intentó con su gato, éste desapareció
En su casa de Montreal, François Delambre recibe una llamada de su cuñada Héléne, que le comunica que acaba de dar muerte a su marido, André, hermano de Françcois.
Cuando éste llega al laboratorio en que trabajaban su hermano y su cuñada, se encuentra con el cuerpo de André, que tiene la cabeza y un brazo aplastados por una prensa hidráulica.
Cuando el inspector Chars decide que hay que reconstruir el homicidio, ésta se niega, limitándose a decir que ha sido ella la responsable de lo que ha sucedido.
Sobre este absurdo argumento, juicio que no queda paliado por el carácter de anticipación de la trama, el director Kurt Newman, ha alargado desconsideradamente un tema que tan sólo daba para realizar un cortometraje y al alargarlo aburre a los espectadores ya que de pasada no ha tratado el conseguir el suspense ni siquiera el terror.
Todo queda en un pretendido film profundo que sobrecoge por su pedantería y mueve a la rosa en los interminables pasaje de la búsqueda de la dichosa mosca.
Una vulgar interpretación y una fotografía en color bastante mala de Karl Struss, cierran el conjunto de desacierto de esta cinta, cuyos mayores reparos que se le pueden poner esta en la despreocupación con que se ha tratado un tema tan importante como el de la muerte por necesidad que aquí se resuelve enmascarando el problema.
Como curiosidad digamos que Kurt Newman no llegó a conocer el éxito que tuvo su película, ya que falleció un mes después del estreno.
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