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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque nos llegue con casi tres años de retraso, entre otras cuestiones debido a la pandemia que ha ido cambiando las fechas de los estrenos, pero recuperar My beautiful Baghdad (2019) ha merecido la pena.
En el centro de Londres hay un café llamado Abu Nawas, el nombre de un célebre poeta, que está de moda y al que con frecuencia acuden artistas, comunistas y exiliados iraquíes que son homosexuales, donde pueden hablar en libertad olvidando su triste pasado vivido en Baghdad.
También conviven allí las religiones, atea, musulmana y cristiana, con un árbol de Navidad de adorno sin que nadie se moleste, únicamente el fanático de Nasseer.
No obstante unos acontecimientos acaecidos en el exterior hará que cambie la vida de los que allí se dan cita con frecuencia.
El sobrino del poeta Taufiq Jasin, comunista y ateo, Nasseer, un joven religioso fanático, guiado por el corrupto jeque Yasin que dirige la Mezquita Salafista cercana, ataca a los amigos de su tío y comienza a organizar eventos que les cambiarán la existencia.
Zeki es el dueño del establecimiento y allí trabaja en la cocina Amal Jerjis, una guapa chica iraquí, que suele salir a correr al amanecer antes de ir a su empleo y conoce a Martin un arquitecto inglés, que dirige la obra de un edifico en construcción, del que se enamora.
Una habitual del café es Samira, como también lo es Taufiq Jasin que trabaja de guardia de noche en un museo al que llama Maha a la salida del turno porque han apresado a su hijo Nasseer, debido al asesinato de Ahmed Kamal, el agregado de la embajada iraquí.
El argumento se desarrolla con dos acciones en paralelo, el interrogatorio que le hacen a Taufiq que defiende la no presencia de su sobrino en el crimen, y lo que ocurre en el citado bar a lo largo de los días con los clientes que allí acuden, algunos ya citados, además de Aro, el hijo de Zaki, Muhannad y Sven, una pareja de homosexuales, así como la aceptación de los adultos ante la radicalidad y el inconformismo de los jóvenes tendentes al extremismo terrorista, que los llevan a los horrores cometidos por Sadam Hussein.
En esa doble trama se da el carácter de film policiaco y al mismo tiempo el drama político.
A lo largo de la misma se tocan temas como el ateísmo, el adulterio, la emigración, la condición de la mujer iraquí, la homosexualidad, el fanatismo religioso, la libertad de pensamiento, la convivencia, la política, el exilio, unos con más profundidad que otros.
En el reparto lleva la voz cantante el famoso actor iraquí Haitham Abdel-Razzaq en el personaje de Taufiq Jasim, así como por la parte femenina destaca la guapa actriz Zahraa Ghandour en el papel de Amal Jerjis con una identidad falsa, que ha huido de su maltratador esposo, la camarera del bar.
El director Samir, de origen árabe, nacido en Bagdad, nos presenta los problemas de vivir en el exilio, ya que él es iraquí y también es un exiliado en Suiza, la patria de su madre, a donde partió muy joven con su familia.
Un valiente largometraje con cuyo ejercicio pone en peligro la vida de algunos de sus protagonistas por participar en un film que defiende a los activistas que viven en Londres luchando por la libertad de pensamiento.
Premio del público a la mejor película en el Festival Solothurn. Premio Swiss Film a la mejor edición de montaje. Premio del público en el Filmfest de Washington.
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