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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la típica producción de aventuras que resulta divertida para toda clase de público, en la que invita a recorrer el mundo de dos aventureros Drake y Sully en busca de un fabuloso tesoro, desde Nueva York a las islas del Pacífico Sur pasando por España, concretamente por Barcelona donde se desarrolla en buena parte.
La historia comienza con una especie de preámbulo que tiene lugar quince años antes, cuando Nathan y su hermano Sam, están en un hogar de acogida y la policía va en busca del mayor por varios intentos de robo que ha cometido.
A continuación se siguen los pasos de Nathan Drake, un avispado ladrón y del veterano y experimentado cazador de tesoros Victor Sullivan a quien todos llaman Sully, a través de la cual llegamos a saber cómo se conocieron y a entablar una gran amistad.
Esa fortuna que buscan consiste en recuperar la que amasó Fernando de Magallanes y que perdió la Casa de Moncada hace más de quinientos años.
Pero detrás de ellos va también el español Santiago Moncada y sus esbirros, que cree que tanto él como su familia son los verdaderos legítimos dueños de ese oro, lo que origina espectaculares persecuciones y momentos trepidantes de acción realmente increíbles, cámaras secretas, túneles, catacumbas, inscripciones en piedra de esta historia procedente de un videojuego del mismo nombre, creado por Naughty Dog, que no es necesario conocer o haber jugado para poder disfrutar de la película, sobre todo en la espectacular parte final.
Es realmente admirable la acumulación de cómo se van deduciendo los pasos que hay que dar en cada momento, primero para sortear a los que también van detrás del mismo objetivo, así como la interpretación de los mapas para llegar al lugar donde se encuentra siguiendo y descifrando las pistas para ello.
Sully y Nathan van siguiendo las pistas que se les ofrecen por el camino para resolver los antiguos misterios y encontrar esos cinco mil millones de dólares que calculan es el valor actual del tesoro y tal vez de paso Nathan encuentre a su hermano.
Todo parte de la subasta de una cruz que junto con otra similar que está en posesión de Chloe Frazer que forman la llave para poder acceder al mismo.
Por otra parte el guion da una serie de giros a lo largo del desarrollo del argumento y quien parece que está a favor resulta que lo está en contra y sobre todo nadie se puede fiar de nadie.
A lo largo de la aventura se pueden ver trucos y hechos de otros films de este género aventurero que pueden estar en la mente de todos incluidas las cintas de piratas, las de James Bond, Misión imposible, de artes marciales en las peleas cuerpo a cuerpo y sobre todo las del tipo de Indiana Jones, que no pretenden otra cosa que la de entretener durante todo el tiempo de proyección aunque lo que se vea sea increíble y en este sentido no decepciona en absoluto.
La película comienza como decía Cecil B. de Mille con un terremoto, en este caso la caída desde un avión, y a partir de ahí seguir subiendo en interés y emoción.
El protagonismo lo llevan Mark Wahlberg y Tom Holland, el actor de moda tras encarnar a Spiderman, secundados por dos mujeres muy potentes, Sofía Ali y Tati Gabrielle, en los papeles respectivos de Chloe Frazer y Braddock, que no se arredran ante nada por hacerse con el botín.
Buena parte del interés lo ofrecen los muy conseguido efectos especiales y posiblemente sea la mejor producción que conocemos basada en un videojuego.
En cuanto a la realización está llevada al ritmo que requiere esta clase de producciones por el artesanal Ruben Fleischer del que hemos visto recientemente Venom (2018) y Zombieland: Mata y remata (2019).
Muy al contrario de lo que suele ocurrir actualmente, las casi dos horas de duración no se hacen sentir.
Hay un escena post créditos.
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