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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción de este emocionante thriller comienza en Vietnam, en 1991. Cuando no era más que una niña Anna es recogida por el legendario sicario Moody, poco después de producirse el asesinato de sus padres que presencia antes de encerrarse en un armario salvando así su vida.
El hombre que la acoge la toma como si fuera su hija, la cría convirtiéndose en su mentor, e igualmente en la figura paterna.
La historia se traslada a veinte años después a Bucarest (Rumania) y posteriormente a Londres cuando encontramos que Anna se ha convertido en una mujer adulta y la hábil asesina a sueldo gracias a las enseñanzas que ha aprendido de Moody.
Sin embargo, cuando Moody es brutalmente asesinado, ella jura venganza por el hombre que le enseñó todo lo que sabe y a partir de ahí no parará hasta llegar a conseguirlo.
Se trata de un thriller de acción en el que no faltan los enfrentamientos, las peleas y los asesinatos a sangre fría.
La trama está salpicada de momentos de acción que ponen emoción en el argumento, un tanto complicado en el que guionista Richard Wenk juega de forma artera al quitar de en medio a uno de los personajes haciéndolo aparecer en el último tercio del argumento, que no es lo mejor del film, contribuyendo a ello la realización que no muestra claramente esa muerte.
Igualmente ocurre con otro que provoca una explosión en un coche para hacer creer que el cadáver destrozado que aparece en ese supuesto atentado es el suyo.
Siempre que se admitan estos convencionalismos, la película resulta distraída a lo que contribuyen los distintos enfrentamientos que tiene la protagonista, Anna, con cuantos enemigos le salen al paso.
Igualmente es enigmática la aparición del personaje de Michael Rembrandt que no acaba de estar bien definido, que no desvelaremos qué actor lo encarna para no quitarle suspense, que igual trata de matar a Anna que hace el amor con ella, situaciones que resultan extrañas, como igualmente no acaba de convencernos el desenlace final.
El cineasta neozelandés Martin Campbell es un director procedente de la televisión que una vez que se pasó al cine ha logrado algunos éxitos sobre todo comerciales, como La máscara del Zorro (2000), La leyenda del Zorro (2005) o el remake de Casino Royale (2006), aunque a decir verdad no se prodiga mucho, pero es un correcto realizador de cintas de acción que resuelve con eficacia llevando la trama a buen ritmo, con planos convencionales, con una buena coreografía en las peleas y escenas violentas bien fotografiadas, luciendo bien los escenarios elegidos y la ambientación de algunas secuencias.
En cuanto a la interpretación se la reparte el trío compuesto por los veteranos Michael Keaton, algo envejecido que no está para muchos trotes ni hacer de conquistador, el siempre eficaz Samuel L. Jackson y sobre todo la hawaiana Maggie Q. una actriz que a pesar de tener más de una treintena de títulos y algunos muy conocidos, casi siempre ha hecho papeles secundarios por lo que nos ha pasado desapercibida, en cambio aquí carga sobre sus hombros con el protagonismo absoluto de esta historia en la que se desenvuelve muy bien en las escenas de acción que en su mayoría son interpretadas por ella misma.
En definitiva un correcto pasatiempo para los amantes del cine de este género si no son muy exigentes.
Mención honorífica a Maggie Q. en los premios Gold List 2022.
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