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CRITICA
Por: PACO CASADO
No han sido muchas las producciones que se han ocupado de expone en una pantalla el tema del aborto, pero sí las pocas que lo han hecho han sido de una manera interesante, caso de 'Un asunto de mujeres' (1988), de Claude Chabrol o '4 meses, 3 semanas, 2 días' (2007) de Christian Mongiu y ahora también lo hace El acontecimiento (2021) de Audrey Diwan.
El camino en la vida de una mujer joven, estudiante de letras que sueña con ser escritora, que recuerda su experiencia con el aborto cuando todavía era ilegal en Francia en la década de los años 60, en la que tan sólo nombrar esa palabra era como si se citara al mismísimo diablo, ya que el simple hecho de ayudar a esa persona, era cuestión de delito y estaba fuertemente castigado por la ley con varios años de prisión.
La acción se desarrolla exactamente en Francia en el año 1963 y se cuenta la historia de Anne, una joven brillante en sus estudios, con un futuro muy prometedor por delante, que un día, tras asistir a una consulta médica, a pesar de mentirle al doctor, éste le descubre que está embarazada y por supuesto le niega toda posible ayuda para abortar, pero ella no ceja en su idea de eliminar su embarazo.
Esto hace que de la noche a la mañana vea truncada la oportunidad de poder terminar sus estudios y huir de las asfixiantes restricciones que existen en su entorno, con sus amigas más cercanas y por supuesto, ni siquiera se lo comunica a su madre, por miedo a la represión.
La trama de esta película consiste en el calvario de soledad que lleva a cabo Anne, ya que tampoco cuenta, hasta última hora, con el joven con el que tuvo el encuentro sexual, del que no está enamorada, al que le pide ayuda, que además no vive cerca de ella sino en otro pueblo.
Por último una amiga se brinda a darle una dirección.
El guion está basado en la novela autobiográfica de la autora francesa Annie Ernaux, en la que la protagonista tiene que decidir qué hacer con su propio cuerpo en unos momentos en los que la ley coartaba la decisión de la mujer en esas determinadas circunstancias en que la sociedad castigaba el deseo femenino y la libertad sexual de las mujeres.
La filmación tiene algunas escenas ciertamente muy realistas, sobre todo en la manipulación que se hace en la práctica del aborto e incluso el resultado del mismo.
Fruto de esas intervenciones clandestinas muchas mujeres terminaban en el hospital, desangradas o finalmente muertas.
La historia está narrada semana a semana hasta la número 12 en la que ya está al límite en que se puede intervenir para matar el feto.
Entre tanto el aspecto triste de la protagonista debido a su problema está bien reflejado por la actriz Anamaria Vartolomei que de alguna manera encarna a la escritora del libro cuando tenía 23 años en 1964 y se vio enfrentada a este mismo problema que se refleja en el libro y posteriormente en el film.
Finalmente el gobierno francés aprobó una ley en el año 1975 que despenalizada la práctica del aborto.
Está cuidada la ambientación de la época, tanto en el vestuario como en el maquillaje, el peinado y demás detalles.
Aparte del tema central también se recoge en esta cinta la actitud social que marginaba a quienes intentaban abortar, como si fuera una persona apestada de la que había que huir para no contagiarse, lo que al mismo tiempo hipotecaba su futuro.
Este es el segundo largometraje que realiza la directora francesa Audrey Diwan para el que ha elegido el formato cuadrado de pantalla que parece que constriñe más la imagen al determinar el encuadre, sobre todo en los planos más íntimos en los que se debate el problema no sólo físico sino también moral y de mente.
León de oro en la Mostra de cine de Venecia.
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