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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los espectadores actuales siguen prefiriendo asistir a las producciones de miedo y de terror, aunque hay que apuntar que el género de terror está evolucionando de unos años a esta parte.
'House, una casa alucinante' (1985) es una buena muestra de esto que decimos.
Roger Cobb es un novelista con problemas, que está separado de su esposa, un buen día decide instalarse en una casa encantada que ha heredado en la que ha muerto su tía, supuestamente debido a un suicidio, y que años atrás había perdido a Jimmy, su hijo pequeño, cuya búsqueda le obsesionó y le ocasionó el destruir su matrimonio y su carrera como escritor.
En ese su nuevo domicilio escribió un nuevo libro en el que trataba sobre sus experiencias en torno a su actuación en la guerra de Vietnam y donde ahora tienen regreso sus nuevas pesadillas en las que le hacen volver a un angustioso viaje al pasado.
A lo largo de la narración se van sucediendo una serie de acontecimientos extraños, de fenómenos paranormales que en la mayoría de las ocasiones no tienen una lógica explicación.
Monstruos que se aparecen y desaparecen como si de tratara de una horrorosa pesadilla.
En otras veces se mezclan imágenes de la novela que está escribiendo, que además están relacionadas con los antes dichos fenómenos, sus propios demonios personales y con la pérdida de su hijo.
Steve Miner, realizador que se inició en el mundo del cine como ayudante de realización de Wess Craven en la película La última casa a la izquierda (1972), y que después tuvo la oportunidad de dirigir su primer largometraje con Viernes 13, segunda parte (1981) y a continuación también dirigió Viernes 13, tercera parte (1982), nos ofrece ahora en House, una casa alucinante (1985), esta historia en la que casi nata tiene visos de realidad.
Todo este film es como una auténtica pesadilla en la que se combina lo onírico y lo fantástico con lo terrorífico e incluso con algunas gotas de humor.
Hay momentos que resultan realmente admirables, por lo fantasioso, mientras que otros resultan son auténticamente grotescos y el espectador no sabe a qué carta quedarse.
Cinta pues bastante irregular, mezcla de demasiadas cosas y en la que tienen bastante juego los efectos especiales.
En cuanto a la interpretación el trabajo de los actores pasan algo desapercibido.
Premio de la crítica en el Festival de cine fantástico de Avoriaz.
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