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CRITICA
Por: PACO CASADO
La cinematografía francesa se preocupa constantemente de hacer un reflejo de la sociedad y en este sentido 'A tiempo completo' (2021) de Éric Gravel, puede ser un ejemplo perfecto de ello, en el que cualquier ciudadano se puede ver identificado con la protagonista de esta historia.
Julie Roy es una madre que linda los cuarenta años, que está divorciada, pero hace todo lo posible para poder criar a sus dos hijos pequeños en una casa situada en las afueras, mientras mantiene su trabajo como jefa de camareras de piso en un hotel de lujo del centro de París, donde trabaja como empleada para hacer las habitaciones de los clientes, a pesar de que sus conocimientos son muy superiores para ejercer una tarea de un oficio de otra altura, como lo hizo en otro momento de investigadora de mercados, hasta que cerró la empresa.
Suele dejar a sus dos chicos pequeños con una vecina que los lleva al colegio y recoge y se los cuida mientras ella trabaja.
Cuando por fin consigue una entrevista para un puesto que había esperado durante mucho tiempo, estalla una huelga nacional del sistema de transporte público, las comunicaciones se paralizan y ella no tiene coche, para poder llegar a tiempo.
No obstante se busca todos los medios para no faltar a la entrevista, utilizando un coche compartido y a base de correr para no llegar tarde tratando de que las compañeras de trabajo fichen por ella para que no se note su ausencia, pero se enfrenta a ese monstruo que es una huelga a nivel nacional.
A lo largo de la narración hace presencia el drama de la maternidad al que se ve sometida esta mujer que se encuentra sola, con dos criaturas sin que apenas reciba ayuda de nadie, con un ex marido que tarda en mandarle el dinero para mantener a sus hijos, teniendo que acudir al trabajo a diario para poder darles de comer.
Todo el peso actoral descansa en la actriz Laure Calamy que está todo el tiempo en pantalla asumiendo el personaje protagonista de Julie Roy, una mujer en constante movimiento, que da muy bien el papel de cualquier persona de la calle, sin glamour, una mujer corriente, sola y con dos hijos que sacar adelante a pesar del mal momento en que se encuentra, con un montón de problemas al mismo tiempo, para poder resolverlos.
El acelerado vivir de la protagonista se ve acompañada por la música compuesta por Irène Drésel para la banda sonora, con un ritmo muy repetitivo, como la vida de Julie.
Estamos ante el segundo largometraje que lleva a cabo como realizador el joven director francocanadiense Éric Gravel, que procede del campo de la fotografía, especialmente en series televisivas, que debutó con Agladé, a prueba de choque (2017), que a pesar de tratarse de un realista drama social lo lleva a una velocidad de vértigo, la misma inquietud con la que corre la protagonista para poder conseguir el objetivo que se ha propuesto y lo mejor es que lo logra hacer en hora y media escasa, cosa que no es nada frecuente en estos tiempos que corren, nunca mejor dicho lo de correr.
Premio Horizonte al mejor director Éric Gravel y Laure Calamy mejor actriz en el Festival de cine de Venecia 2021.
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