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CRITICA
Por: PACO CASADO
A Marvel cuando se le agotan los superhéroes más conocidos, echa mano de los secundarios o de segunda división como el caso de este Morbius.
El bioquímico Michael Morbius intenta curarse de una rara enfermedad sanguínea inyectándose sangre de murciélagos, pero en su lugar se infecta con un tipo de vampirismo.
Esta producción tiene una especie de prólogo en el que el citado Dr. Morbius va al Cerro de la muerte en Costa Rica a la caza de murciélagos aterrizando con su helicóptero a la puerta de una gran cueva para atrapar a un buen número de ellos, se los lleva al laboratorio y los mete en una gran urna de cristal.
También hay un flash back sobre su infancia 25 años atrás en el que debido a su enfermedad está hospitalizado y le salva la vida a un compañero de cama, que se llama Milo, con el que guardará una gran amistad, que le ayudará en sus investigaciones, que será quien comparta el protagonismo en los metros finales de esta historia.
El argumento está extraído de los cómics creados por Roy Thomas y Gil Kane por Matt Sazana y Burk Sharples que han sido también los encargados de confeccionar el guion de esta película que está claramente dividida en dos partes, un tanto desiguales, una primera que contiene el prólogo antes mencionado, la infancia y posteriormente ya de adulto convertido en un médico famoso con el rechazo del premio Nobel y las investigaciones en el laboratorio hasta conseguir el suero deseado.
Y una segunda parte que la constituye la fase en la que acaba contagiado y prácticamente convertido en un vampiro necesitado de alimentarse constantemente con sangre humana o artificial.
La primera mitad constituida por una media hora, aproximadamente, es clara y luminosa, mientras que la segunda es todo lo contrario, oscura con muchas escenas nocturnas y además en las que hay mayor cantidad de efectos especiales, que nos parecen de escasa calidad, ocultados por esa oscuridad mencionada, pasando así más desapercibido el hecho de estar poco logrados.
En cuanto a la acción no hay mucha y mala, advertencia para los aficionados a este género que vayan a verla.
El protagonismo se centra en Jared Leto que corre con la mayor presencia en la pantalla, compartida en ocasiones con Adria Arjona, poco definida y bastante desaprovechada que encarna a la doctora Martine Bancroft, y en el tramo final con Matt Smith en el personaje de Milo adulto.
En cuanto a la presencia de Michael Keaton se limita a un simple cameo que aparece en los títulos de créditos finales, posiblemente con la intención de una continuación en una segunda parte.
En definitiva un simple tebeo más de la Marvel sin mucho interés y en cuanto a la dirección corre a cargo, del director sueco, a pesar de su nombre más bien hispano, Daniel Espinosa, del que ya conocíamos 'Dinero fácil' (2016) y 'El niño 44' (2015), que es bastante lenta, vulgar, sin fuerza, ni nada destacable realmente y en lo referente a lo espectacular resulta pobre.
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