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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es frecuente que el director y guionista de una película, también producida por él mismo, sea un confeso declarado de su fe en el cristianismo como lo ha hecho Pietro Ditano, director de padre italiano y madre española, a través de un documental en el que cuenta su vida y cómo llegó a ello, abandonando su carrera de modelo, fiestas y coches de lujo, retomó sus estudios y aquí está el resultado.
Se entiende su postura cuando se ve 'El beso de Dios' (2022), ya que de lo que trata este film es de la Santa Misa que no es otro su argumento.
El director nos invita a asistir a un recorrido por el sentido bíblico del sacrificio de Cristo mediante una misa a la que asistimos, que se desarrolla en la bella Playa de las Catedrales (Lugo) con aspecto de catedral y a través de la misma se nos van explicando las distintas partes de que ésta se compone, y el sentido que tiene cada una de ellas.
Todas estas explicaciones apoyan su sentido con palabras del Evangelio y de la Biblia, especialmente seleccionadas, que ayudan mejor a comprenderlas, ilustradas con exóticas imágenes de la naturaleza de lugares como Brasil, Galicia o Islandia entre otros.
Esta especie de documental sobre la Misa, como reza su subtítulo, no se queda ahí, sino que se va mezclando con una serie de declaraciones que hacen distintas personas, unas conocidas, otras no, como puedan ser Emerson Fittipaldi, el célebre corredor bicampeón de Fórmula 1, que da gracias a Dios porque ha preservado su vida cuando otros muchos compañeros la perdieron en las pistas de carrera, pero igualmente lo hacen Raniero Cantalamessa (predicador de la casa pontificia), Briege McKenna (monja con el don de sanación), Mary Healy (miembro de la pontificia comisión bíblica), Scott Hahn (autor superventas y profesor), José Pedro Manglano (sacerdote y escritor), Tony Gratacós (exdirector de programación de Disney Channel), el actor italiano Pietro Sarubbi que se convirtió al cristianismo cuando hizo de Barrabás en la película La Pasión de Cristo (2004), dirigida por Mel Gibson, Ralph Martin (teólogo), los jóvenes Bea Morillo, Fer Rubio etc. todos ellos con declaraciones en favor de la fe y las creencias religiosas o lo bien que se han sentido cuando han perdonado a alguien o se han convertido al catolicismo y han encontrado la paz y a Dios, y también el propio sacerdote que oficia la misa, José Pedro Manglano, en imágenes en blanco y negro, acentuando el sentido de la misma con algunas explicaciones más.
Muchos de ellos se expresan en su propio idioma cuyas declaraciones son traducidas mediante subtítulos en español.
Además la cinta está ilustrada por bellas imágenes que en la mayoría de las veces van en consonancia con lo que se nos cuenta y otras en las que actúa la actriz mallorquina Isabel Bonnín.
En cuanto a la realización es de lo más sencilla y elemental y hay que destacar la estupenda banda sonora compuesta por Almighty y Andrea Boceli que suena constantemente a lo largo de toda la narración de fondo, sin que moleste a las imágenes, sintiéndose en ocasiones como una verdadera sinfonía.
Es una película que entra dentro de esa corriente de cine religioso que últimamente nos está llegando a nuestras pantallas, una veces de nacionalidad española mientras que otras son generalmente de Estados Unidos, donde este género prolifera bastante de un tiempo a esta parte.
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