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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras tener su estreno mundial en el Festival de Cannes, participar en el Festival de cine independiente de Buenos Aires y pasar por el donostiarra certamen de San Sebastián, llega a nuestras carteleras 'Un pequeño plan... Cómo salvar el planeta' (2021), dirigida Louis Carrel.
En esta ocasión se nos cuenta la historia de Abel y Marianne un burgués matrimonio joven con un hijo adolescente, Joseph, de 13 años, que un día al preguntarle el padre por su patinete le contesta que lo ha vendido, como otras muchas cosas de valor, sin el permiso por parte de la familia, con la excusa de que son cosas que ya no se usan, con el consiguiente gran y morrocotudo enfado por parte de los padres que están desconcertados con las acciones de su hijo que ha actuado sin permiso.
Al igual que Joseph han hecho sus más de ochocientos compañeros que están metidos en una campaña para financiar un proyecto ecológico que llevan en secreto en ╡frica y que ellos creen que servirá para salvar nuestro deteriorado planeta.
No será sólo el patinete lo único que venda Joseph sino también los relojes de colección de su padre, algunos vestidos de marcas famosas de la madre y un largo etc.
En este caso los niños no se han limitado a hacer una gran manifestación de protesta, sino que han pasado directamente a entrar en acción.
Se trata de crear un mar en el desierto del Sahara para lo que ya han involucrado a algunas empresas, según dicen ellos, que están dispuestas a colaborar en este tan fantasioso como irrealizable proyecto ecológico.
Visto así es como una fantasía, una fábula con buenos propósitos, pero poco menos que casi imposible de llevar a cabo y por otra parte tampoco ello salvaría nada, cuando hay otras muchas cuestiones en estos momentos más importante que salvar con anterioridad.
Se trata de una historia familiar que gira en torno al cambio climático que tanto afecta en estos momentos a nuestro mundo.
Dos años después de realizar Un hombre fiel (2018), el actor y director francés Louis Garrell vuelve a ponerse detrás y delante de la cámara para interpretar a Abel, el padre, mientras que el pequeño Joseph Engel encarna al hijo y Letitia Casta a Marianne la madre, en esta especie de cuento infantil en el que los adultos pronto también se verán involucrados en el proyecto olvidándose de las trapacerías de su hijo, en este tercer largometraje del joven cineasta francés, con más de cincuenta títulos en su filmografía como actor que, en su labor de dirección lleva a buen ritmo esta historia que logra entretener en todo momento a lo largo de un guion confeccionado por el director en colaboración con el prestigioso guionista Jean-Claude Carrière de quien partió la idea original de esa historia que en principio le pareció descbellada a Carrel, basándose en su propio libro Le Pari 1972, autor que falleció el pasado 8 de febrero de 2021 y a quien está dedicada esta película.
El tema está tratado con unas pinceladas de humor ya que así entra mejor el mensaje en el espectador.
Este film es una especie de llamada de atención y esperanza que nos dice que no debemos dormirnos en eso de salvar el planeta y los niños llevan razón, porque son ellos los de las futuras generaciones los que lo tendrán que disfrutar y vivir en él.
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