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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un caso de identidad equivocada obliga a un empresario inepto a colaborar con el asesino conocido como 'El hombre de Toronto' para poder sobrevivir.
Teddy Jackson es un pobre hombre, que trabaja para el dueño de un modesto gimnasio de Virginia, al que le propone una especie de nuevo deporte: el boxeo sin contacto.
Ciertamente no hay cosa más absurda, pero en esos momentos está a punto de celebrarse el cumpleaños de su esposa Lori y para ello le ha prometido que ha contratado una cabaña para celebrarlo y en efecto la va a llevar a ella, pero antes la deja en un spa para que tome un masaje, mientras él se acerca a preparar la cabaña.
El papel que lleva con la dirección ha sido impreso con falta de tinta lo que hace que confunda el número de la cabaña y se introduce en otra en la que un par de asesinos están esperando al Hombre de Toronto, el mítico sicario, para que haga hablar a un tercero que le de la información que precisan para volar la embajada de Venezuela en Washington..
En esos momentos llega el FBI y lo confunden a él con el que esperan, pero no obstante lo utilizan para que se haga pasar por el auténtico y llegar así al objetivo.
Esto no es más que el inicio de una enrevesada trama en la que coinciden ambos, el verdadero y el falso, en el típico argumento de cine de colegas, unas veces son dos policías, uno blanco y otro negro, como igualmente ocurre aquí, pero en este caso son los malos de la película, hasta cierto punto.
Sobre este subgénero se pueden citar títulos famosos que están en la mente de todos.
De esta forma Woody Harrelson encarna el típico hombre duro, poco hablador, asesino a sueldo al que se le ha encargado un trabajo en dos etapas por lo que cobrará un millón por cada una.
Por otra parte Kevin Hart es el hombre de color que se ve metido en un fregado que no esperaba, que no para de hablar y que provoca todas las situaciones cómicas, mientras el otro se encarga de las escenas de acción.
El contraste entre ambos exagerando los caracteres de ambos hasta la caricatura es lo que provoca la diversión.
El contrapunto femenino está a cargo de la encantadora Jasmine Mathews, junto con Ellen Barkin y Kaley Cuoco en papeles más secundarios.
El contraste, como siempre ocurre, ofrece escenas increíbles y otras tantas bastante cómicas, por lo que el interés del espectador no decae en ningún momento, y cuando ya parece que se llega al final aún queda casi media hora más de diversión asegurada.
La complicada historia ha sido inventada por Jason Blumenthal y Robbie Fox, siendo este último el encargado de confeccionar el guion en compañía de Chris Bremner en este caso.
La puesta en escena corre a cargo del productor, guionista y director australiano Patrick Hughes, que ya tiene experiencia en el cine de acción tras haber realizado su debut en un largometraje con Los mercenarios 3 (2014), al que siguieron El otro guardaespaldas (2017) y su continuación en 2021 y ahora 'Man from Toronto' (2022) su último trabajo, de momento, en el que a juzgar por lo visto parece que tiene el éxito asegurado.
Acción no falta, comicidad tampoco y momentos espectaculares abundan a lo largo de toda la trama con lo que el espectáculo está completo, aunque lo que se nos cuenta posiblemente lo hemos visto muchas veces antes en cuanto al argumento policiaco y de intriga, suficiente para entretener al personal aficionado a este género.
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