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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los efectos que muchas veces produce la guerra entre algunos hombres que participaron en ella, son realmente demoledores, siendo por lo general muy difícil la inclusión nuevamente en la sociedad de esos hombres que han combatido duramente, llegando a ahacer de su costumbre de matar un oficio, un hábito, y convirtiéndose por ello en mercenarios a sueldo para cumplir misiones arriesgadas y difíciles en las que con frecuencia se juegan la vida.
Movido por un afan de venganza, pero estudiando aunque sea a veces un tanto superficialmente, se pasa revista a una de estas situaciones llevadas a acabo por un hombre de este tipo.
Esto le hace llegar hasta Hong Kong para cumplir su misión en contra de miles de dificultades y peligros que, bien dosificados a lo largo de la acción de la película, mantienen en modi alguno el interés.
Pero para estos hombres, asesinos de profesión, con justificación, también llega a veces la hora de la retirada, el reposo del guerrero, cuando encuentra el amor.
Después otra vez a la lucha y si la retirada no es a tiempo puede encontrar la propia muerte en cumplimiento de su deber.
El film de Gordon Flemyng es bastante correcto y en él se mezcla algo de los films de agentes secretos, con la temática de las cintas bélicas, congeniando ambas en pro de un aceptable resultado.
Música, color e interpretación están en esta misma línea media tan propia en el cine inglés y siempre eficaz.
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