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CRITICA
Por: PACO CASADO
En su momento se produjo la película Shaft, así llamada en el original, que en España se tituló 'Las noches rojas de Harlem' (1971). dirigida por Gordon Parks.
Debido al éxito obtenido por la primera al año siguiente se continuó con las aventuras del detective Shaft en una segunda parte en la que esta vez sí se tradujo el título original 'Shaft vuelve a Harlem' (1972) continuando con el nombre del barrio neoyorquino y aprovechado la popularidad del policía de color protagonista.
En esta tercera la serie ha dado un pequeño giro, ya que el famoso detective negro es sacado de su campo habitual de trabajo, el barrio de Harlem, y trasladado a ╡frica, para resolver allí un problema de tráfico de esclavos llevado a vabo por las mafias, en esta especie de esclavitud moderna, que es el traslado clandestino de trabajadores de África a Europa, ofreciéndoles trabajo y una vida digna y acaban abandnándolos a su suerte sin cumplir lo que les habían prometido.
En este sentido ha cambiado su trayectoria en otros aspectos, como son los agrestes paisajes africanos por las grandes moles de cemento de Harlem.
En cuanto al personaje de Shaft la propia aventura hace que en esta nueva misión se encuentre más contundente y agresivo en cuanto a la violencia empleada, dejando un poco de lado el aspecto amoroso, que no obstante no falta tampoco en esta ocasión estando esta vez a cargo de la belleza de la actriz de color Vonetta McGee y de la yugoslava Neda Arneric anexionada al cine norteamericano.
Por otro lado este film ha perdido un poco de su tinte sexy y por otra parte ha ganado en ferocidad, crueldad y violencia, con algunas escenas demasiado fuertes, francamente expuestas con excesiva dureza.
Aquí el detective de color se muestra experto en pelear con palos a la usanza de las antiguas costumbres de algunas tribus africanas.
También se ha cambiado el director, que recae en esta ocasión en el inglés John Gullermin, ya que las dos anteriores habían estado dirigidas por Gordon Parks.
Este cambio creemos que no le ha beneficiado mucho a la cinta, porque si bien John Guillermin es un buen artesano, sin embargo no pasa de ahí y en cambio Gordon Parks, por su parte, le había tomado el aire a la serie y la dotaba de un buen ritmo narrativo, cosa que no ocurre igual en esta nueva entrega.
Por otra parte se nota menos el cambio del compositor de la banda sonora ya que John Pate ha sabido cogerle el aire de las composiciones de las anteriores siguiendo el espíritu de Isaac Hayes, pero cambia el ritmo con acentos más cercanos a los temas africanos.
La aventura, en definitiva, resulta entretenida para los amantes del cine de acción que encuentran motivos suficientes para la diversión.
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