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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los amantes del cine de terror recordarán una producción de igual título La huérfana (2009) dirigida por el cineasta español Jaume Collet Serra, con Vera Farniga, Peter Sarsgaard e Isabelle Fuhrman.
Dado el éxito de aquella primera entrega, trece años después, el guionista David Goggeshall, basándose en los caracteres creados por David Leslie, Johnson Mc Goldrick y Alex Mace, ha escrito el guion con este nuevo argumento, cometiendo el error de cambiar el apellido de la familia de los Sullivan a los Albright.
La actriz Isabelle Fuhrman vuelve ahora en esta nueva historia encarnando de nuevo a Leena Klammer, una chica que está internada en 2007 en el Instituto Saarne, en Estonia, un sanatorio psiquiátrico, debido a una hormona producida por la enfermedad del hipopituitarismo, la cual le ha ocasionando que no haya crecido, se quedara con una baja estatura y aspecto de niña, pero en realidad tiene 31 años y no es tan inocente como aparenta lo que le ha llevado a ser una persona peligrosa, destructiva y asesina, sabiendo que no cambiará su aspecto físico ni su forma de ser.
Leena Klammer debido a ello es una mujer desquiciada que tras matar al guardia de su cela y hacer que otra interna lo haga con el de la puerta, logra escapar del centro psiquiátrico estonio.
A partir de ahí se hace pasar por Esther, la hija desaparecida de una adinerada y rica familia de Darien, en Conneticut, que perdió a su hija, desaparecida cuatro años antes y tras la llamada del detective Donnan la madre va a recogerla.
Tricia Albright, la madre de la niña desaparecida, se presenta a buscarla y se la lleva a casa, donde le espera Allen, el padre, y su pretendido hermano Gunnard.
El padre es un pintor famoso y a Esther también se le da bien el dibujo por lo que contactan a pesar de la separación.
Sin embargo su nueva vida con el nombre de Esther le enfrenta a una madre que hará cualquier cosa para proteger a su familia, cuando esa máscara que ha adoptado comienza a desaparecer, y al ser descubierta, se enfrentará a esa mujer que protegerá a su familia de la niña asesina a cualquier precio.
Aprovechando el éxito de la primera se ha tomado a la misma actriz Isabel Fuhrman para la continuación y se ha creado un argumento totalmente superficial e increíble desde el primer fotograma.
Se organiza así un argumento propio de un film de terror, aprovechando el personaje ya acreditado y los malos instintos que desarrolla para con los que no les deja llevar a cabo sus planes e intereses, caso del hermano y la madre.
La trama se cae por su base desde primera hora ya que en ningún momento se nos explica cómo logra hacerse pasar por aquella chica extraída de los recortes de los periódicos y cómo la madre, el padre o el hermano reconocen en ella a la niña perdida.
A partir esos huecos argumentales, todo lo que viene detrás se viene abajo y la dirección del veterano especialista en el género de terror, William Brent Bell, se limita a crear situaciones de acciones sangrientas para complacer lo que el espectador va buscando en las cintas de este género.
Lo peor es que no obstante el final queda abierto por si tiene éxito contar un nuevo capítulo.
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