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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es esta la primera vez que la novela de Johanna Spyri sirve de base para un relato cinematográfico, pero si es la primera vez que éste se rueda en color y adaptándolo a los tiempos que corremos.
La obra se ha modernizado en cuanto a su contenido, pero no ha ocurrido así en cuanto a lo cinematográfico, puesto que no ha conseguido superar la anterior versión que sobre el mismo tema hiciera también la cinematografía alemana, pero dirigida por el italiano Luigi Comencini.
Se le ha sacado un cierto partido a elementos accesorios como pueden ser la fotografía, que aunque con un mediano color obtiene mejor fruto de los paisajes suizos.
También la música ha mejorado delimitando bien los diferentes temas musicales para cada una de las escenas y personajes, siendo el más inspirado el que dedica a la protagonista Heidi, de una gran belleza.
El guion y la dirección son vulgares, limitándose a poner en imágenes la historia que les había sido dada, sin grandes aciertos, sino más bien con un estilo sencillo que de pura simpleza cae en lo monótono, prolongando en exceso el esperado final.
En la interpretación cabe destacar tan solo a los veteranos Gustav Knuth y Rudolf Vogel.
El relato está limpio de todo reparo, enseñando en cambio buenas costumbres y sentimientos humanos.
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