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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ted Brooks es un dentista negro famoso que vive en la soleada ciudad de Miami y es dueño de una acreditada consulta.
Un día le comunican que ha muerto su madre biológica en Alaska y así se entera que era hijo adoptado.
Le citan para que esté presente a la hora de abrir el testamento lo que le lleva a las heladas tierras pensando en que va cobrar una buena herencia, pero ésta únicamente consiste en siete perros de trineo que, aunque están muy codiciados y son muy buenos en las carreras, no le dan más que muchos problemas.
Por otra parte tendrá que aprender a conducir un trineo y saber llevarlos si quiere competir en la gran carrera local Artic Challenger o perderá su manada ante un rudo montañés que le hace la competencia.
Por medio surge un padre y una chica con la que a cada paso que avanza la proyección, más se acerca la más que previsible boda.
Se trata de una comedia de la Disney, increíble en todo momento, hecha a la medida del oscarizado y aquí gesticulante Cuba Gooding jr. que lleva a cabo Brian Levant, director especialista en cintas caninas como 'Beethoven: Uno más en la familia' (1992) y comedias como 'Un padre en apuros' (1996) o 'Los Picapiedra en Viva Rock Vegas' (2000), entre otras.
De una filmografía así poco más se podía esperar.
El actor Cuba Gooding jr. recurre a un humor muy mecánico, a base de caídas, carreras y gestos de asombro, que recuerda al de los primitivos cómicos del cine mudo, pero sin la misma gracia.
El veterano James Coburn es el rudo montañero que desea quedarse con los perros, pero éstos se han encariñado pronto con Ted.
Con esa comicidad facilona tan sólo puede gustar (si gusta a alguien) a un espectador infantil, aunque no sea muy apropiada para ellos, o muy poco exigente.
Premio ASCAP de música para cine y TV.
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