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CRITICA
Por: PACO CASADO
Henri-George Clouzot comenzó a hacer este film en 1964 con Romy Schneider.
Serge Reggiani se puso enfermo y se sustituyó por Jean-Louis Trintignant.
Después fue el director el que cayó en la cama y nunca se pudo terminar, a causa de su muerte debido a un ataque al corazón.
Ahora Claude Chabrol retoma este guion, lo retoca, actualiza a los años noventa y le hace frente a esta historia de amor y celos en que se ve metido Paul Prieur un hombre que tras ser camarero logra comprar el hostal en el que había trabajado y se casa con Nelly, una guapa muchacha con la que tiene un hijo.
Paul y Nelly lo tienen todo para ser felices: una boda de ensueño un hotel de su propiedad, hasta que él comienza a dudar de ella y los celos se meten en su cabeza.
La presencia de uno de sus clientes, el joven propietario de un taller de automóviles del pueblo, hace dudar al marido de su esposa y su vida comienza a desmoronarse y llevarle a la locura, convirtiéndose su vida en un auténtico infierno.
A partir de ahí los celos le corroen y el círculo en que se ve metido se va cerrando cada vez más hasta convertirse en un callejón sin salida.
La actitud realmente atosigante del marido hace que la pobre chica se sienta agobiada, perseguida y casi torturada, resultando su vida realmente insoportable.
Claude Chabrol, director de 65 años y con cincuenta títulos a sus espaldas, que aún se encuentra en forma, estudioso de la burguesía francesa de provincias, construye un guion que gira sobre sí mismo en círculos, dándole vueltas al tema de los celos.
Así terminará la cinta sin solución de continuidad, con un final abierto porque los hechos se seguirán repitiendo de manera indefinida.
Esto desconcierta al espectador que espera que se le de una solución a la historia.
Película dura en algunos momentos, con una puesta en escena bastante refinada, como suele hacer en ocasiones Claude Chabrol, y con un final abierto como hemos apuntado antes.
Emmanuelle Béart demuestra con este film que no es ya la joven de buen físico y notable belleza, sino que se ha convertido en una actriz dramática con bastantes recursos y con un gran talento interpretativo, que mejora sus actuaciones en 'La bella mentirosa' (1991) o 'Un corazón en invierno' (1992).
U n título interesante de este veterano director del cine francés.
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