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CRITICA
Por: PACO CASADO
En las producciones del género de terror, al igual que hay un apartado de monstruos, también podríamos establecer otro para los muñecos diabólicos, criaturas inanimadas que toman vida propia, no sabemos si por influencia de un determinado diablo, y como corresponde se dedican a hacer el mal, cometiendo abominables crímenes.
Gemma es una ingeniera de robótica de una empresa que se dedica a la fabricación de juguetes que construye una muñeca realista en exceso, de tamaño natural, que empieza a cobrar vida propia como una muestra del adelanto de la inteligencia artificial, creada para ser la mejor compañía de los niños y descanso para los padres.
De esta manera Megan aprende rápido y comienza a comportarse como una persona humana dejando de ser un juguete, pero siempre bajo el mando de su creadora que igual la hace ponerse en marcha que detenerse, hasta que llega un punto en el que ya empieza a no hacerle ni caso.
Gemma tiene a su cargo a Cady, una sobrina huérfana de ocho años, debido a la muerte de sus padres en un accidente de coche, con la que no sabe qué hacer, ya que no está preparada para ejercer de madre.
Cady se encariña tremendamente con la muñeca a la que trata como si fuera su mejor amiga, ya que ésta también le corresponde en el mismo sentido, e incluso se cree defensora de la chica en algunas ocasiones cuando la tía le lleva la contraria, lo que origina algunas consecuencias no imaginables.
Nunca mejor para escribir el guion de esta historia que una mujer y nada mejor que la prestigiosa guionista de color Akela Cooper, una especialista en el género de terror, debido a los anteriores logros conseguidos con sus guiones precedentes.
El problema de esta película es que el espectador tiene que admitir la fantasía de la posibilidad de que una muñeca se convierta en un ser humano, pues de los contrario el film no funciona de ninguna manera.
Por otra parte el guion se hace un tanto repetitivo y tan sólo levanta un poco el interés del espectador cuando Megan comete algunas de sus acciones punibles.
Gemma se siente responsable de las actuaciones de Megan ya que ella ha sido la creadora del juguete, un personaje que está encarnado por la actriz Allison William a la que recordarán de la cinta Déjame salir (2017), dirigida por Jordan Peele.
Otra de las actrices principales es Violet McGraw, una niña de diez años, que incorpora el papel de Cady su traumatizada sobrina.
El director neozelandés Gerard Johnstone, que debutó en el largometraje con 'Housebound' (2014), en esta segunda película capta un ambiente perturbador con cierto sentido de humor negro con esta muñeca robot que se convierte en una asesina, manteniendo un cierto equilibrio con un tono sin sobresaltos, ni acudiendo a una fotografía lúgubre propia de ese género, dejando que las acciones transcurran con naturalidad mostrando las maldades de las nuevas tecnologías.
El título de esta película M3GAN es el acrónimo de Modelo 3 Generación Android, que es también el del personaje que está interpretado por una actriz (Amie Donald) además de los efectos visuales, animatronics y marionetas.
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