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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacía tiempo que no veíamos una película del género bélico ambientada en el año 1950, durante la Guerra Fría en la que se amenazaba la paz mundial durante la guerra de Corea, que tuvo lugar entre 1950 y 1953, y en esta se nos cuenta una historia real, la del oficial Jesse Brown y su compañero de ala el teniente Tom Hudner, ambos pilotos de la Marina norteamericana, que arriesgaron sus vidas llevando a cabo una importante misión bélica, cayendo el primero de ellos herido en la misma tras derribar varios puentes con los misiles lanzados por su avión caza.
Jesse Brown, primer piloto de color en volar para la Marina de los Estados Unidos, por lo que tuvo que soportar algunas muestras de racismo imperantes en esos momentos.
Tras su caída deja a Daisy, su esposa, y Pamela, su hija pequeña de pocos años, mientras que Tom Hudner recibe una medalla por su heroico y ejemplar comportamiento.
Ambos se convirtieron en algunos de los compañeros de ala más célebres de esa formación.
El guion de este film, escrito por Jake Crane y Jonathan Stewart, se basa en el libro de Adam Makos, publicado en 2015, en el que se cuenta la heroica hazaña real narrada en esta historia.
Éste se puede dividir en varias etapas, una primera con la llegada de Tom Hudner al escuadrón y el entrenamiento con los compañeros con los cazas en vuelo.
Después hay una especie de intermedio en el que conocemos a la familia de Jesse Brown y el posterior descanso en la ciudad de Cannes, en la que coinciden con la actriz Elizabeth Taylor.
Y finalmente el episodio bélico en el que pierde la vida el oficial Jesse Brown, al que trata de rescatar su compañero Tom Hudner y una coda final con el funeral y entrega de la medalla.
La cinta está llevada a un ritmo lento ya que en buena parte de la misma no sucede nada que sea realmente destacable, salvo la muerte de un compañero en un fallo de aterrizaje en un portaaviones, animándose en el tercer tramo con el comienzo de la guerra y la entrada en combate.
Peca, como viene siendo habitual, de excesivo metraje ya que algunos momentos podían haber sido eliminados y la historia seguiría igual en cuanto a su interés.
Un correcto trabajo interpretativo de la pareja protagonista Jonathan Majors como Jesse Brown y Glenn Powell incorporando al personaje de Tom Hudner en los que recae el mayor peso actoral.
Una película en la que abunda el elemento masculino con apenas breves apariciones de mujeres como Daisy, la esposa de Brown, interpretada por Christina Jackson y la aparición de Serinda Swan en el personaje de Elizabeth Taylor, con un cierto parecido, y poco más.
En cuanto a la dirección D.J. Dillard es un cineasta de color, realizador fundamentalmente de televisión, que debutó en el cine con el largometraje 'Judy Goose' (2006) al que siguieron 'Juegos de manos' (2016) y 'Sweetheart' (2010), siendo este el cuarto que lleva a cabo y lo hace de forma bastante correcta con algunas imágenes espectaculares de la formación en vuelo o los aterrizajes en el portaaviones.
Premio del público a la mejor narrativa en el Festival de Middleburg. Premio especial honorario de los críticos de Austin.
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