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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dino Risi comenzó a dirigir a finales de la década de los años cincuenta, por lo que es ya un director con experiencia en los medios cinematográficos italianos.
Una de sus primeras películas fue 'Vida difícil' (1961), una obra honrada y válida.
Al año siguiente dirigió la famosa cinta de 'La escapada' (1962), que supuso un boom comercial que creó escuela e impuso como actor a Vittorio Gassman.
Ya aquí Dino Risi se despojaba de una buena parte de su honradez profesional en aras de conseguir una mayor facilidad de obtener la mejor comercialidad, no obstante todavía conservaba parte de su aguda observación del hombre mediterráneo y el medio ambiente en el que vive.
Tras ese film que interpretaban Vittorio Gassman y Jean-Louis Trintignant, Dino Risi tomó ya los derroteros más vulgares y manidos de la comedieta italiana a la búsqueda fácil de unos productos más comerciales y de un asegurado impacto comercial en los públicos más fáciles de complacer.
Uno de sus últimos peldaños en ese descenso es 'Abrázame y sáciame de besos' (1968), película en la que Dino Risi juega con los trucos más fáciles y tópicos para provocar la risas en los espectadores, logrando una comedia burlesca, casi siempre con un tono grotesco, sin finura ni estilo propio, únicamente buscando el camino más libre de preocupaciones creativas.
Marino Balestrini y Marisa Digiovanni están locamente enamorados, en un idilio pueblerino que parece encauzarse por derroteros risueños tras la muerte del padre de ella que se oponía a dichas relaciones.
Pero la intriga de una viuda despechada torcerá las cosas y el amor de los dos enamorados se rompe como consecuencia de un malentendido.
Marisa se traslada a Roma y él corre tras ella para recuperarla, pero su rastro se ha perdido en la gran ciudad y no consigue volver a encontrarla, y los dos enamorados separados no se volverán a encontrar.
Su desaparición le impide concentrase en el trabajo y poco a poco va perdiendo el interés por vivir.
Después de algún tiempo y muchas dificultades, sus caminos finalmente se vuelven a cruzar, pero para su sorpresa, Marino descubre que Marisa se ha casado y se ha convertido en la Sra. Ciceri, cuyo marido es un hombre sordo y mudo.
Los enredos y problemas de estos personajes se resolverán artificialmente al final.
La película tiene un enfoque deformado de la realidad con algunas pinceladas patéticas que desembocan en un folletín que se salva gracias al humor que aporta el guion, lástima que los intérpretes carezcan de la vis cómica adecuada, porque el resultado podía haber dado mucho más de si en este sentido, no obstante a pesar de todo resulta entretenida en ocasiones.
Sobre este argumento pretendidamente complicado, vemos a una galería típica de personajes que nos suenan a conocidos, unas situaciones archisabidas y unos chistes sólo digeribles por los actores principales, Nino Manfredi y Ugo Tognazzi que tienen la suficiente veteranía para hacer que nos los traguemos.
Comedia floja, sin atractivo, con poca gracia, que está bien narrada y contada con soltura, porque para algo su director, Dino Risi, ha dirigido ya un buen número de ellas, pero esta profesionalidad que derrocha en su oficio y buen acabado, no bastan para dignificar este endeble producto, que se suma a la larga lista de mediocridades que nos viene ofreciendo el cine italiano en los últimos años.
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