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CRITICA
Por: PACO CASADO
En España en lo referente a dibujos animados todo lo que no sea una producción de Walt Disney no tiene nada que hacer comercialmente de cara a la taquilla.
Hasta al propio Steven Spielberg cuando ha producido algunas de sus películas de dibujos animados le ha costado trabajo conseguir hacer una buena recaudación.
Posiblemente la superabundancia de dibujos japoneses que inundan las televisiones de nuestro país haya hecho que se sature el interés por esta clase de producciones cuando son exhibidas en la pantalla grande.
En esta ocasión estamos ante el quinto film de Hayao Miyazaki para los Estudios Ghibli, uno de los dibujantes de comics más interesantes del país nipón y al mismo tiempo de los realizadores de dibujos animados más creativos de aquel lugar.
Por lo que podemos contemplar en esta cinta debe estar muy influida por las corrientes culturales cinematográficas occidentales, ya que la historia que nos cuenta se parece mucho a cualquier película norteamericana de aventuras de los años cuarenta o cincuenta, con el clásico protagonista aventurero, que no es ni bueno ni malo sino todo los contrario.
En la Italia de la década de 1930, cuando los cazarrecompensas y los grandes pilotos dominan los cielos, un veterano piloto de la Primera Guerra Mundial Poroco Rosso es condenado a parecer un cerdo antropomórfico.
Algún maleficio ha convertido al protagonista en cerdo y tras alguna mala pasada de sus compañeros, se ha hecho cazador de recompensas, luchando con su hidroavión contra todos los piratas que azolan la zona, rescatando a los que tienen secuestrados.
Hay en la historia una mujer de turbio pasado, cantante de cabaret y una jovencita rubia, constructora de aviones.
Ambas beben los vientos por el héroe.
¿Quien ganará al final?.
El diseño de los dibujos es moderno, sin demasiada sofisticación, con secuencias bien resueltas y con un guion que prende pronto el interés del cinéfilo por sus constantes alusiones a los films norteamericanos clásicos del género.
No busca en ningún momento la perfección en el dibujo, ni en el movimiento de los personajes, pero en cambio cuida mucho los ambientes y paisajes que le sirven de fondo.
En muchos momentos de la proyección se nos olvidó que estábamos ante un producto de animación japonés, ante este emotivo homenajes a los pilotos aéreos.
Mejor película de animación ny mejor banda sonora en el concurso de cine Mainichi. Premio deportivo Nikkan.
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