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CRITICA
Por: PACO CASADO
Trasladar un dibujo animado que ha constituido una serie de gran éxito durante mucho tiempo, y que aún hoy se repite en alguna de nuestras televisiones, no es tarea fácil.
Esto tan sólo lo puede conseguir un productor de la talla de Steven Spielberg que pone todos los medios al alcance, entre otros los efectos especiales de la Industrial Light & Magic de George Lucas que logra lo que por medios humanos siempre sería imposible.
La conversión de los personajes de los dibujos en seres de carne y hueso, hace que estos adquieran una rigidez que no es comparable a la elasticidad de los dibujados.
Por otra parte aquellas eran aventuras de corta duración, mientras que aquí ha sido necesario construir una historia lo suficientemente extensa como para que diera el tiempo mínimo de un largometraje de hora y media.
En la Edad de Piedra, el cabeza de familia de clase trabajadora Pedro Picapiedra es nombrado vicepresidente de la compañía para la que trabaja, gracias a su amigo Pablo Mármol.
Pero otro consejero y su secretaria pretenden engañarlo para que firme una serie de autorizaciones de pagos para quedarse con el dinero.
Halagada su vanidad, Pedro llegará a romper su amistad con sus mejores amigos, los Mármol.
Pero aprende que el dinero no puede comprar la felicidad.
Pablo Mármol adopta a un niño, a lo que le ayuda Pedro Picapiedra, su amigo, por lo que éste le devuelve el favor cuando se convoca una oposición para ejecutivo de la empresa de la cantera donde ambos trabajan, cambiando el examen, y logrando que Pedro consiga convertirse en todo un ejecutivo.
Todo ello no es más que un plan trazado por el malvado de la película que trata de hacer un desfalco en la empresa.
Al final todo terminará quedando aclarado.
¿Donde está pues el atractivo de la película?.
En los excelentes decorados, en los efectos especiales, en el ingenio que han puesto los guionistas en cada una de las situaciones, chistes y momentos cómicos del film, ya que como historia no tiene una gran validez, o es lo que diríamos una simple excusa para la exhibición de esos otros elementos que hemos apuntado antes que se encuentran en la cinta, que son tantos que a veces o pasan desapercibidos o es difícil de apreciarlos todos.
Brian Levant, director de Beethoven. Uno más en la familia (1992), no ha conseguido darle el ritmo adecuado o sacar mejor partido a lo que tiene entre sus manos.
Por otra parte es estupendo el parecido físico de los actores elegidos para encarnar a los personajes de los dibujos estando todos a buena altura.
No se olvidan algunas de las canciones de la serie, para hacer más atractivo el conjunto de la película, que no dudamos tendrá el éxito esperado a buen seguro.
Premio BMI a la música de David Newman. Premio Kids' Choice a Rosie O'Donnell. Premio Golden Screen Germany.
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