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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los directores españoles tienen clavado muy dentro eso de querer hacer cine de autor y aprovechar la menor ocasión para ello.
Jaime Chávarri comenzó haciendo de su primer film una película de autor, "Los viajes escolares", que apenas si tuvo exhibición comercial.
Lógicamente después tuvo que aceptar encargos, que la mayoría de ellos los hizo muy bien. Pero en cuanto ha tenido la menor ocasión ha vuelto a la temática de su primer film: los niños, la infancia.
Detrás quedan "El desencanto", "A un Dios desconocido", "Dedicatoria", "Bearn o la sala de las muñecas" y "Las bicicletas son para el verano", de las que las dos últimas tuvieron gran éxito tanto de público como de crítica.
Con esta nueva película vuelve a sus recuerdos, a reconstruir de alguna manera el tema de Peter Pan, el niño que no quería crecer, en esta Capitán o Tío Peter, que vuelve al cabo de varios años al lugar donde pasó un buen verano para recuperar sus recuerdos, su niñez, construyendo una balsa, en compañía de los tres niños de la que un día fue su amante.
Pero por medio están las obsesiones y recuerdos de Chávarri, algo tan personal que no trasciende como para que nos interese a todos.
El personaje en sí es interesante, pero no su desarrollo, le hace falta más entidad.
Poco a poco vamos descubriendo su secreto, pero no lo define totalmente. Y los demás personajes no le ayudan, porque lo que pretende - volver a la infancia - no es posible.
Chávarri se ha rodeado de un buen plantel de actores, con un interesante Bruno Ganz, acompañado de la enigmática y atractiva Ángela Molina, correcta Francesca Annis y a nivel más bajo Stefan Gubser y los niños.
Maravillosa la fotografía de Carlos Suárez y la banda sonora.
Los resultados son una película bien hecha, pero que no interesa.
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