|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Se está haciendo costumbre que cada semana nos llegue al menos una producción francesa y a veces más de una.
En esta ocasión lo hace Francia acompañada de Bélgica y Lituania y se trata de un argumento de ciencia ficción 'Vesper' (2022), dirigida a la limón por la pareja formada por la directora lituana Kristina Buozyte y su socio y guionista habitual el francés Bruno Samper, que son también los autores del original argumento de esta historia, cuyo guion ha sido confeccionado por ellos con la ayuda de Brian Clark.
Después del colapso del ecosistema de la Tierra, que casi no existe, ha quedado un mundo desolado en el que vive Vesper, una chica adolescente de 13 años, que lucha por sobrevivir con Darius, su padre, enfermo, paralítico, postrado en cama y con respiración asistida, al que ella trata de cuidar lo mejor posible, comunicándose con él a través de un dron que le acompaña a todas partes.
Su madre se fue de casa convertida en peregrino, que son aquellas personas que debido a un virus han perdido la voz.
Vesper tiene unos profundos conocimiento de biología sintética que practica en un laboratorio que tiene oculto en un invernadero en el que cultiva las mutaciones de las plantas que le ayudan a sobrevivir en un escenario postapocalítico en el que los organismos se han modificado genéticamente y los virus han acabado con la mayoría de la población, los alimentos escasean y las semillas son el bien más preciado, como moneda de cambio.
No obstante no ha perdido la esperanza de que este estado de cosas puede cambiar y que habrá un futuro más prometedor.
Un día un planeador se estrella y en él viajan un padre y su hija, Camellia, que huyen de la Ciudadela, un lugar en el que no puede entrar todo el mundo, debido a la escasez de alimentos, donde viven los ricos cómodamente con los frutos de la biotecnología con la ayuda de los humanoides que han creado, los llamados Jugs.
Como consecuencia del accidente conoce a esa chica que quedó herida, que tiene un secreto que la obligará a usar sus habilidades para luchar por tener un futuro.
Cerca de allí vive Jonás, su tío, hermano de su padre, que negocia con la sangre que extrae a los niños para comerciar con ella, a los que esclaviza cuidando la poca tierra que queda.
En esta ocasión estamos ante una ciencia ficción que se distancia de la que es habitual, con un mundo extraño, descompuesto, lleno de destrucción, con unas plantas que tienen vida propia, como semihumana, en unos desolados paisajes, extraños, casi despoblados en los que se nota la escasez de vida, como si se hubiera vuelto atrás en el tiempo y el progreso y toda la tecnología hubiera sido destruida y volviéramos de nuevo al principio.
La historia mantiene bien el interés a pesar de las casi dos horas de duración debido a la originalidad de la misma.
El protagonista recae principalmente en Vesper, interpretada por Raffaella Chapman y en un segundo término en Eddie Marsan como Jonás y Rosy McEwen en el personaje de Camellia.
La acción se desarrolla en unas situaciones bastante lúgubres a lo que contribuye el cambio climático, las guerras y las enfermedades, como igualmente la poco clara fotografía.
La pareja de directores y guionistas han creado una historia realizada con un bajo presupuesto que invita al espectador a la reflexión ante el mundo que nos presentan.
Premio a la mejor dirección de arte, maquillaje y vestuario en los premios del cine lituano. Premio del jurado al mejor largometraje en el Festival de cine fantástico de Bucheon. Mejor diseño de producción en la fiesta de los grimm. Premio Golden Raven a la mejor dirección en el Festival de cine fantástico de Bruselas.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
FEATURETTE'S
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE