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CRITICA
Por: PACO CASADO
El hecho histórico ocurrido el 4 de julio de 1961, en un momento cumbre de la guerra fría, de la avería del submarino nuclear K-19, el más moderno de la armada soviética, que estuvo a punto de producir una catástrofe de enormes dimensiones e incluso de provocar una tercera guerra mundial, se mantuvo oculto durante 28 años.
Este suceso atrajo la atención de la directora californiana Kathryn Bigelow que trabajó largo tiempo en él hasta conseguir ponerlo en pie y llevarlo a la gran pantalla.
Mandado por el dócil Alexei Vostrikov (el verdadero nombre era Nikolai Zateyev) que sustituye al rebelde Mikhail Polenin se hace a la mar.
Las prisas políticas en la carrera de armamentos hizo que se construyera mal lo que ya provocó numerosas muertes.
Una grieta en el reactor nuclear atómico sumó 22 más de los 139 hombres que constituían su tripulación, héroes anónimos que se enfrentaron a una situación trágica y que tan sólo recibieron los honores de ser enterrados en silencio.
Esto hizo que no se conociera su sacrificio, ni el fallo, pero evitaron la muerte de sus compañeros y una conflagración mundial, conscientes de que se encontraban ante una muerte cierta que afrontaron con valentía.
El guion, inspirado en esos hechos reales, se toma ciertas libertades, como el cambio del nombre del protagonista, el motín a bordo que no existió, ni tampoco el personaje de Polenin, pero le permite establecer el tono dramático en el interior del submarino.
A nivel interpretativo destaca el duelo entre dos grandes actores Harrison Ford y Liam Neeson, que aupan a tan claustrofóbica película, poniendo fuerza en su trabajo y a su altura el buen puñado de casi anónimos secundarios.
Kathryn Bigelow, especialista en cine de acción, toma un argumento convencional y lo convierte en un drama tenso, realizado con acierto y ritmo, dentro de las limitaciones de planificación en el reducido espacio de un submarino, lo que hace que casi no se note su excesivo metraje.
Cinta objetiva sobre un hecho histórico que evita el punto de vista americano.
Un retrato de heroísmo y sacrificio por la humanidad.
Al final la nave llega a buen puerto.
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