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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una nave espacial regresa a la tierra portando un misterioso virus letal procedente del espacio.
Todos los habitantes de un remoto pueblo del desierto de Nuevo México, perecen por su causa, salvo un viejo borracho y un bebé, haciéndose imprescindible neutralizar con rapidez su mortífero efecto.
Un equipo de científicos de alto nivel, se ponen pronto a trabajar en un laboratorio secreto de tecnología de alta generación para descubrir lo que ha matado a los ciudadnos de esa pequeña población y cómo se puede detner rápiamente ese contagio mortal.
El guion de Nelson Gidding está basado en una novela de Michael Crichton, con unos sorprendente efectos especiales.
Si una de las facultades del cine es la de ser espectacular y por ello se puede entender que es posible ia inmersión de un espectador en un mundo desconocido que durante el tiempo de proyección le retiene totalmente su atención, habría que decir que esta película es perfecta en ese sentido.
Pero hay que tener en cuenta que el cine es algo más.
En los esquema básicos entra también la industria, el arte y como medio de comunicación de masas.
Es por ello por lo que a un film siempre hay que pedirle algo más que eso.
Lo perfecto en esta cinta es el espectáculo, que deja atónitos los ojos del espectador que la presencia, al que se le va llevando de la mano por un mundo exótico de laboratorios, computadoras, programas electrónicos y mil cosas más que funcionan a base de claves que el público no puede entender; pero a poco que posea algo de cultura e interés por la ciencia, la película le absorberá totalmente.
Porque la gran maquinaria de Hollywood funciona perfectamente en este sentido en las manos de un gran artesano como es Robert Wise, dominador del espectáculo como ya lo demostró en el caso de 'West Side Story' (1961) o en este film que comentamos.
Creemos, no obstante, que a pesar de la perfección fotográfica de Richerd H. Kline, del manejo de los escenarios, del colorido, de la música de Gil Mallé, etc., a la cinta le falta un poco de más calor humano, de estudio de los personajes, de profundización en ellos o en el problema que se está tratando, ya que no es algo tan lejano en un futuro, sino que a pesar de ser una producción de ciencia ficción, transcurre en el pasado año 1971.
Todo resulta en este sentido tan aséptico y frío como cualquiera de los modernísimos laboratorios que se ven en sus imágenes.
Y en cuanto a la situación de la historia en el tiempo parece que los autores ya no quieren cogerse los dedos con algo que mañana puede ser una realidad.
De hecho la película está rodada en escenarios reales, no creados para la ficción del argumento.
Robert Wise, que ya hizo 'Ultimatum a la Tierra' (1951) vuelve aquí al género de la ciencia ficción, y tenía materia suficiente en potencia para hacer un film interesante que tan sólo ha aprovechado en una buena parte, desviándose por otros caminos en algunos momentos, algo inexplicable cuando a lo largo de toda la narración se ve que pretende huir de la cinta vulgar de ese género a nivel de comics, por lo que no era necesario tener que recurrir a trucos como la evitación de la autodestrucción en el último segundo.
De todas formas la película resulta grata de ver siendo en su conjunto, un espectáculo bastante digno.
Nominada a dos Oscar: decorados y montaje y al Globo de oro la musica.
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