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CRITICA
Por: PACO CASADO
Alfonso Paso, como autor, daba una de cal y otra de arena.
En este caso le tocó la de arena.
Mucho nos hubiera gustado que este tema se viera reflejado menos superficialmente.
Paco Lafuente trabaja la compañía Iberia en el aeropuerto de Barajas.
Allí conoce a Ingrid, una hermosa sueca que va camino de Torremolinos a pasar allí sus vacaciones.
En cuanto puede, Paco toma unos días de vacaciones para intentar encontrarla en esa población malagueña de la Costa del Sol.
La película tenía un buen argumento para haberlo desarrollado usando el humor, pero no la sal gorda, ni el chiste barato.
La comedia si fuera un poco más profunda, hubiera sido mucho mejor.
El problema de las suecas era nacional y al mismo tiempo un filón que, con el tiempo, se ha explotado hasta la saciedad, pero nunca fue visto con un sentido artístico y sociológico.
El cruce y choque de tantas culturas y civilizaciones en Torremolinos durante todo el año, era cantera inagotable de estudio de personalidades y de sociedades.
Y el amor era el revelador ideal, el catalizador único, donde los hombres se descubren hasta lo más hondo.
Analicemos lo que da el film.
El realizador Fernando Merino se encontró con un guion flojo, pero como director, tenía recursos suficientes para haberlo hecho mucho mejor.
A pesar de esto no se preocupó mucho de ello e hizo una cinta sólo correcta, falta de sustancia, quedándose en lo superficial, en la epidermis, y nunca mejor dicho lo de epidermis, que eso sí hay bastante.
Los actores cumplen con su trabajo, pero el resultado no es insuficiente.
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