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CRITICA
Por: PACO CASADO
La comedia norteamericana goza de una gran tradición, pero en los últimos tiempos se estaba viendo postergada, tal vez porque después de directores como Stanley Donen, Vincent Minnelli, Blake Edwards o Howard Hawks, entre otros, no haya llegado una nueva generación que tomara el relevo con la misma fuerza que ellos lo hicieron de sus anteriores maestros.
Pero, no obstante, de vez en cuando el género sale de nuevo a la luz pública apoyándose, a veces, en veteranos guionistas en esta clase de cine, como es el caso de Julius J. Epstein, aunque sus guiones sean finalmente realizados por directores noveles e inexpertos como es este el caso de Howard Zieff.
El tema, como es habitual en este género, no es casi nada, apenas una pequeña anécdota.
El doctor Charley Nichols es un hombre de una mediana edad, un cirujano que se ha quedado viudo recientemente.
A partir de ese momento decide dedicar sus noches a jóvenes y dulces muchachitas, y se embarca en una tragicómica búsqueda romántica con una mujer tras otra hasta que un día conoce a Ann Atkinson, una señora singular, divorciada e independiente, de mediana edad como él, que de forma inmediata e inesperada captura su corazón.
Como se ve apenas posee argumento y no se pretende criticar ni profundizar en el problema.
El susodicho doctor pretende desde ese momento poder gozar de su nueva soltería, pero ciertamente le dudará bien poco, al encontrar a una nueva paciente a su medida.
Si a esto se le añaden los desafueros y locuras cometidas en el hospital en el que trabaja, los despistes del cirujano jefe y de otros colegas, así como las divertidas situaciones que se originan entre la pareja protagonista, como por ejemplo cuando quieren llevar a cabo las normas del Código Hays o el apuro en que se encuentra Nichols cuando ella le esconde la ropa, entre otras.
Los gags no son ciertamente muy originales, pero en la mayoría de las ocasiones están realizados con la gracia suficiente como para que resulte, en general, una divertida comedia con un buen trabajo del veterano Walter Matthau y de la atractiva Glenda Jackson, una pareja protagonista de grandes actores para una entretenida comedia norteamericana a la que le falla, a veces, el ritmo por la inexperiencia de su director, que hace con este su tercer film tras las cámaras.
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