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CRITICA
Por: PACO CASADO
No se trata propiamente de llevar a cabo una biografía del famoso escritor polaco, sino de hacer una especie de fantasía con su obra, lo que el guionista Lem Dobbs nos propone con su interesante guion y Steven Soderbergh nos ofrece en esta su segunda película, tras la cual ya ha hecho 'El rey de la colina' (1993) que, estrenada en otros puntos de nuestro país, aún está inédita en las pantallas sevillanas.
Este sería un buen momento para completar la filmografía del realizador de 'Sexo, mentiras y cintas de vídeo' (1989), que supuso su ópera prima y también su descubrimiento como director.
Dominando la ciudad de Praga se encuentra el imponente castillo que inspira autoridad y pavor.
La película nos cuenta las vicisitudes de Joseph Kafka (nombre del protagonista de 'El proceso' (1962) que trabaja en una oficina de seguros de día y por las noches se dedica a su afición favorita, escribir.
Es un hombre solitario que cada día se asemeja más a otro.
Un día desaparece misteriosamente su amigo Eduard Raban al que busca por cielos, mar y tierra hasta saber que está en el castillo (nueva referencia a otra de sus obras, de la que más parte toma para enhebrar el argumento de este film), mientras que a lo largo del relato se hace referencia a La metamorfosis y otras publicaciones suyas.
Ayudado por el marmolista consigue introducirse en el castillo, pero lo que encuentra es peor de lo que pudiera imaginar.
La cinta se sigue con interés no sólo ya por lo que en ella se nos cuenta, sino también por ir descubriendo las similitudes con otros escritos del autor de donde va tomando diversas situaciones.
El hecho de ser en blanco y negro no choca en absoluto, ya que es adecuado el tratamiento a lo que se nos cuenta.
E incluso hasta casi sorprende cuando en el tercio final del film se nos introduce un cuarto de hora, aproximadamente, el tiempo que transcurre el protagonista en el castillo, en color.
Acertada la elección de Jeremy Irons para el personaje de Kafka, ya que físicamente tiene un cierto parecido, amén de por la interesante interpretación y creación que el gran actor inglés hace de este personaje.
En papeles secundarios hay algunas intervenciones de ilustres actores como Alec Guinnes o Armin Mueller-Stahl, que no tuvieron inconveniente en prestarse para esa labor.
Un film interesante.
Premio a la mejor fotografía en los Independent Spirit.
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