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CRITICA
Por: PACO CASADO
La industria cinematográfica norteamericana que tan buenos productos nos dio del género de cine negro y del policiaco en general, ahora parece que no sabe llevar a cabo una película de esta clase como no se le meta en su argumento elementos extraños como la ciencia ficción o los consabidos efectos especiales.
En esta ocasión se ha tomado como lejana base inspiradora el relato de Phillip Kindred Dick The Golden Man, en el que se cambia un extraterrestre por el personaje de Cris Johnson, un mago de segunda fila que se hace llamar Frank Cadillac, que se gana la vida previniendo el futuro, pero solamente con dos minutos de antelación y si en algo le afecta a su persona. También se saca un sobresueldo en las mesas de juegos de los casinos.
De ello quiere aprovecharse Callie Ferris, una agente del FBI, para que le indique donde se encuentran unos terroristas que han robado un artefacto nuclear que van a estallar en Los Angeles. Pero a Cris le interesa más localizar a Liz, una chica que ha visto en sus previsiones, que puede ser el amor de su vida que jugarse ésta frente a los terroristas en cuestión.
Lee Tamahori, un artesanal director neozelandés que lo mejor que ha hecho ha sido La brigada del sombrero, no está muy inspirado en esta ocasión a la hora de poner en escena este thriller de persecuciones trepidantes y efectos especiales sin mucha lógica en los acontecimientos que narra, en los que anticipa lo que va a pasar con lo cual se le quita todo posible suspense que pudiera tener.
En este caso la suma de los factores no garantiza el producto ya que tiene un buen autor de base, un interesante reparto y guionista y otros elementos como la música de Mark Isham a los que no se les saca todo el jugo.
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