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CRITICA
Por: PACO CASADO
El escenario de moda: la Casa Blanca. Y una vez más una historia ambientada entre sus muros.
En esta ocasión una comedia que tiene por protagonista al hijo del presidente, un adolescente de 12 años que desea divertirse como los demás niños de su edad pero que, por motivos de seguridad, no puede salir de su casa y cuando lo hace es al colegio y con un guardaespaldas pegado a él.
Al principio consigue quitarse de encima a uno muy antipático que es sustituido por otro más humanitario y comprensible que en algunos momentos accede a sus deseos jugándose el puesto.
La historia no da para mucho, por lo que se estira alargando situaciones que no tienen la más mínima gracia, para al final sacar las conclusiones antes apuntadas, siempre en la línea de los films de la casa Disney.
Ni Sinbad consigue toda la gracia que era de desear ni el antipático en un principio Pierre Brock hace todas las faenas que podíamos imaginar, de cara a elevar un poco el tono del entretenimiento como se pretendía, ya que la impersonal realización tampoco contribuye mucho a ello.
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