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CRITICA
Por: PACO CASADO
Más que una película con argumento, más o menos dramático, podríamos definir este film como una especie de docudrama en torno a todo el proceso del descubrimiento e investigación llevado a cabo sobre el SIDA desde que en el verano de 1981 la Organización Mundial de la Salud mandó investigar los síntomas de una extraña y desconocida enfermedad surgida en Africa.
Con el paso del tiempo este brote temporal se ha convertido en la auténtica plaga del siglo veinte, sobre la que aún no se ha conseguido hallar un remedio definitivo que pueda combatirla y erradicarla.
La cinta parte desde el principio y sigue paso a paso, con datos, fechas y cifras, todo el proceso seguido desde entonces hasta nuestros días, incluidas las rivalidades surgidas entre científicos franceses y americanos que luchan por la paternidad del descubrimiento del virus que da origen a esta enfermedad del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, más conocida por sus iniciales de SIDA.
Ha sido llevado a cabo por el director Roger Spottiswoode, más acostumbrado a hacer películas de aventuras que de esta clase, por lo que trata de salir lo más airoso posible de este duro y árido empeño, en el que una serie de actores famosos se prestaron a colaborar, posiblemente de forma desinteresada, con tal de ayudar a erradicar la terrible enfermedad.
El film se ve más como una curiosidad que como una cinta dramática, que lo es en cuanto a la exposición de su tema.
Recibió el Premio especial del Jurado en el Festival de Montreal 1993.
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