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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacer una película sobre la gente joven y desarraigada no es tan fácil y al mismo tiempo encierra ciertos peligros.
El tema es muy debatido en todos los lugares del mundo y por ello este film puede tener una gran actualidad.
Pero realmente nos esperábamos un resultado mejor de lo obtenido.
Roger Corman es un buen artesano de serie B, y en su haber hay que anotar que ha dado oportunidad a muchos jóvenes de hacer su primera cinta y a nuevos actores para llegar a mayores empeños.
Así encontramos como montador a Monte Hellman o protagonista a hijos de actores como Peter Fonda o Nancy Sinatra y otros como Bruce Dern, Michael J. Polard o Gayle Hunnicutt que llegarían a cotas más altas.
Sabemos que Roger Corman es de los directores que tras haber salido hace tan sólo unos pocos años, sin embargo es de los que más prometía en sus comienzos.
Incluso le han salido sus defensores en algunas revistas especializadas de cine que así lo creen.
La banda de moteros norteamericanos conocida como Los ╡ngeles del infierno, que operan en la región de California, acude a una localidad en busca de una moto que les ha sido robada por una banda rival, entablando una batalla campal.
Perseguidos por la policía, uno de sus miembros resulta herido, siendo conducido a un hospital en grave estado y cuando muere, su funeral se convierte en una orgía de drogas, alcohol, violaciones y toda clase de tropelías.
La película llama la atención por la exposición cruda de un sector de la juventud que gusta montar motos de gran cilindrada, vivir de forma alegre y desenfadada y un tanto al margen de la ley.
Todo ello se expone sin tomar partido, ni analizar en profundidad el tema.
Por ello nos ha decepcionado un poco esta producción.
Pensábamos que se habría puesto más carne en el asador.
Roger Corman se ha limitado en esta ocasión a exponer unas formas de vida, una manera de actuar de la juventud de nuestros días, pero parece que ha querido mantenerse bastante al margen, sin querer dar su propia opinión.
Esta actitud es lo que no nos gusta.
No se toma ninguna postura comprometida, ni partidista. por ello el film ha resulta ser bastante aséptico y esto le perjudica.
Porque si nos ponemos a estudiarlo muy a fondo, veremos que en ocasiones lo encontramos vacío, falto de cosas que apuntar y de decir.
No es, por tanto, una cinta que defienda la postura adoptada por estos jóvenes ante los demás, sino más bien nos da a entender que están equivocados, pero nadie nos dice por qué lo están.
Este es uno de los mayores peligros que puede encerrar esta producción al ser vista por un público joven o mayor con poca formación.
El espectador poco preparado se identifica con los protagonistas, con sus formas de actuar, de comportarse en su manera de vivir, con sus propias ideas y concepción de la vida.
El libertinaje de que gozan, a pesar de estar bajo la vigilancia, siempre estrecha de la policía, es perjudicial.
Igualmente en lo que se refiere a las relaciones con el sexo opuesto.
La poca cultura de que gozan les hace llevar a la muerte a uno de sus compañeros.
Las burlas en el funeral y el poco respeto al sacerdote y al compañero fallecido hacen que estas actitudes se extremen.
En el aspecto meramente cinematográfico, Roger Corman, intenta hacer un cine con un montaje en corto que a veces se pierde y resulta tan poco expresivo como vacío de contenido, con un color deficiente y una vulgar interpretación en general.
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