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CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia se centra principalmente en un joven Willy Wonka de unos 25 años y se nos muestra cómo conoció a los Oompa-Loompa a los que les roban su chocolate en una de sus primeras aventuras.
Pero no es esta la primera versión que se hace de los caracteres creados en el libro de Roald Dahl, 'Charlie y la fábrica de chocolate' ya que existen otras dos películas que lo hicieron con anterioridad.
La primera de ella es 'Un mundo de fantasía' (1971) de Mel Stuart con Gene Wilder, que era una especie de musical.
La segunda, de una realización más reciente, es 'Charlie y la fábrica de chocolate' (2005) dirigida por Tim Burton con Johnny Depp como principal protagonista.
No obstante no deja de ser curioso que tratándose de los personajes del libro infantil de Roald Dahl, las tres sean tan distintas unas de otras, pero quizás las que tienen más semejanzas entre sí sean las dos primeras.
Entre otras cosas por que esta es una adaptación libre que se ha hecho con algunos de los personajes del libro del escritor inglés que fue publicado en el año 1964, del que se ha extraído únicamente Willy Wonka, que en la primera era el dueño de la fábrica de chocolates que visitaban cinco niños agraciados con el billete dorado que encontraron en sus chocolatinas.
Aquí Willy Wonka es un pobre chico, optimista y soñador, con buen corazón, con poderes de mago, que llega a Londres, para crear una fábrica del chocolate más delicioso del mundo, pero encuentra para ello una gran rivalidad de los tres empresarios dueños de la que ya hay en la ciudad, que copan el mercado con su tienda en las Galerías Gourmet y no permiten que nadie les haga la competencia.
Para ello tratan de hacerle la vida imposible a Willy, sobornando al Jefe de policía, un adicto al chocolate, y engañando a Hacienda en sus libros de contabilidad.
En este caso el film resulta un gran espectáculo en el que la historia se ha convertido en un brillante musical, protagonizado por el joven Willy Wonka, que sueña con crear el mejor chocolate y el más delicioso, ya que para él más que un comestible es casi una religión, mientras echa de menos a su madre que le inculcó su gusto por el chocolate.
Hay una subtrama en la que Willy Wonka se queda sin dinero pero alquila una habitación en una pensión y al no leer la extensa letra pequeña del contrato, se ve atrapado trabajando en una lavandería en el sótano en compañía de varios compañeros y Noodie una chica joven de color, que le ayuda a la hora de escapar de esa simbólica prisión donde están esclavisados para emprender su lucha contra los mafiosos y corruptos empresarios.
El guion de Simon Farnay y Paul King, se basa en un argumento escrito por éste último sobre los personajes de Roald Dahl, un autor que es muy adaptado al cine, al video y a la tv con cerca de un centenar de títulos de sus libros que se han visto transformado en imágenes en un medio u otro, entre ellos 'Matilda' (1996), 'James y el melocotón gigante' (1956) o 'Mi amigo el gigante' (2016) más recientemente, por citar tan sólo algunos de ellos.
La acción se ve ilustrada con algunas canciones y su consiguiente coreografía, que si bien no es muy brillante sin embargo adornan bien a algunas de ellas.
Hay varios giros con respecto a los personajes que sorprenden, lo que hace más interesante la trama, en la que a lo largo de la misma Willy tiene ocasión de conocer a los Oompa-Loompa, unos hombrecillos pequeños de color naranja y con el pelo verde que aquí están representados por el personaje que interpreta Hugh Grant.
Timothée Chalamet incorpora a Willy Wonka, un tipo que se hace simpático por sus cualidades, seguido por veteranos como Sally Hawkins, Rowan Atkinson, Olivia Colman y Hugh Grant, así como la joven Calah Lane.
A los mandos de la dirección se encuentra el británico Paul King, un realizador procedente de la televisión del que recordarán la simpática cinta 'Paddington' (2014) y su continuación 'Paddington 2' (2017) y ahora nos llega con este su último trabajo, por el momento, 'Wonka' (2023) que lleva con dinamismo para que no se hagan sentir las casi dos horas de metraje.
En la banda sonora se incluye la canción 'Pura imaginación', que ya sonaba en la primera película.
Premio de los críticos de Michigan a Keegan-Michael Jey.
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