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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película consiguió en el Festival de cine de San Sebastián de 1983 el premio de la sección de nuevos realizadores, porque es la ópera prima de José Antonio Zorrilla, director bilbaíno, que es diplomático de carrera, autor de varios documentales, entre ellos El barranco de Viznar y escritor, autor de la novela Antiguo esplendor que acaba de ser publicada.
Con este film se incorpora a la realización de un largometraje con este tema policiaco original suyo.
Un inspector de policía, Crisanto Perales, conocido como El sultán se reintegra al cuerpo tras dos años de inactividad, que se los ha pasado en una clínica recuperándose de unas lesiones que ha sufrido de una herida en la cabeza que le ha tenido alejado de la actividad ese tiempo.
Es un gran policía, pero su historial está totalmente emborronado.
Vuelve ahora y se le encarga un caso rutinario, aparentemente fácil, la búsqueda de un delincuente conocido como El malayo, ya que se sospecha que ha sido asesinado, pero termina complicándose.
Por otra parte su amigo el subcomisario González es entonces asesinado y aunque rastrea al asesino, será muy difícil, ya que tras su vuelta ya no tiene los confidentes que tuvo alguna vez.
Al relato le falta claridad y le sobran lagunas y saltos en la narración, junto a algunos convencionalismos propios del género policiaco, que hacen que no sea una película perfecta, pero es suficiente para que su director, José Antonio Zorrila, demuestre que sabe hacer cine, logrando una buena ambientación y un cierto sentido del ritmo cinematográfico, o cómo elegir los encuadres y obtener la plástica de la fotografía que lleva a cabo Andrés Berenguer.
Bien la interpretación Eusebio Poncela e igualmente de Isabel Mestres.
Premio Sant Jordi a Eusebio Poncela como mejor actor español.
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